lunes, 26 de diciembre de 2011

CASILLAS NACIÓ ROJIBLANCO

Haciendo gala de mis habilidades para apropiarme del trabajo ajeno he descubierto una pequeña anécdota que los que somos de “aquí” ya intuíamos, ya que es muy difícil estar en Bilbao y no ser del Athletic Club.

Mis amigos me acaban de regalar el libro "Iker Casillas, la humildad del campeón" de Enrique Ortego, que os recomiendo leer ya que saca a la luz todo sobre el que hoy es considerado el mejor portero del mundo.

Un una de sus primeras fotografías, siendo muy niño ya vestía la camiseta del equipo de sus amores y del que su padre se declara hincha, la elástica del Athetic Club de Bilbao.

Su padre paso una larga temporada trabajando en Bilbao y es por eso que sus dos hijos pese a haber nacido en Madrid llevan nombres vascos, Iker y Unai.

Lógicamente cuando juega su hijo José Luis es del Real Madrid, pero después es del equipo rojiblanco.
Iker ya era del Athletic casi antes de nacer y se dio la circunstancia que su debut en Liga fue en San Mames, campo al que fue por primera vez con su padre en su tierna infancia a ver un Athletic-Real Madrid que ya marco su trayectoria para el futuro. Más difícil lo tiene con su hermano Unai que es del Barça.

Una anécdota muy curiosa es que cuando su madre estaba muy embarazada de él, no sabían si iba a ser niño o niña. Un día fue al Casco Viejo bilbaíno a comprarse unas botas en una zapatería. El dependiente entablo conversación con ella y le pregunto qué de donde era ya por su acento no parecía de Bilbao. Le contesto que de Madrid y que aunque llevaba tiempo allí por el trabajo de su marido, quería regresar a la capital para dar a luz en su casa. El comerciante muy elocuente le dijo que el bebe que espera va a ser niño y además futbolista y que si se quedaba a parir en Bilbao podría jugar en el Athletic y también en el Madrid, pero si se marchaba a dar a luz fuera ya solo podría jugar en el Madrid.

Futurólogo el amigo zapatero.

Fuente: El libro “Iker Casillas, La humildad del campeón”, de Enrique Ortego

jueves, 22 de diciembre de 2011

¿QUIEN SE COMIÓ LOS PASTELES?

Neville Southall nació el 16 de septiembre de 1958 en Llandudno, País de Gales. Debutó como profesional relativamente tarde, a los 22 años, en las filas del Bury. En 1981 llegó al Everton y allí estuvo hasta 1998, vamos, toda una vida. Después pasó por el Stoke City (un año) y por el Torquay United (dos años), para luego pertenecer a una larga serie de equipos en los que apenas jugó: Huddersfield Town, Bradford City, York City, Rhyl, Shrewsbury Town, Dover Athletic y por último, el ya citado Dangham & Redbridge FC, donde se retiró en 2002. En su palmarés tiene una Recopa, dos FA Cups y tres Community Shields. Con Gales jugó 92 partidos.

Southall no pudo demostrar su calidad en competiciones europeas después de 1985 por la famosa prohibición a los equipos ingleses tras la tragedia de Heysel.

Neville Southall ademas de ser el jugador galés con mas titularidades, poseer el record de partidos con la elástica del Everton (751) y que los aficionados de este equipo lo incluyeron en el equipo tipo de toda la historia del club, que antes de ser profesional fue camarero, carretillero y basurero, que a finales de los 80 estuvo a punto de fichar por el Manchester United y por el Real Madrid, que en sus últimos ocho equipos solo disputo un partido, que tras su retirada tuvo un pleito con su hija para que el devolviera sus trofeos, que es miembro de la Orden del Imperio británico y que se retiro a la tierna edad de 44 años.
Se le recuerda injustamente porque en los últimos años de su carrera alcanzo un notable sobrepeso y se convirtió en uno de sus principales rasgos de identidad. A cada campo que acudía le cantaban un típico himno de los campos ingleses, dedicados a los futbolistas, digamos, algo pasados de peso, que viene a decir: “Who ate all the pies?” (“¿Quién se comió todos los pasteles?”).

Su deseo de no abandonar el fútbol en activo le llevó a defender las camisetas de varios clubes pequeños con más de 40 años, afeando su carrera cuando en el año 2000, disputó un partido de la Premier League con el Bradford. Por aquel entonces Southall, con 42 años, era el entrenador de porteros del equipo dirigido por Paul Jewell, pero al mismo tiempo mantenía ficha profesional. Una extraña situación en la que los tres porteros que estaban por delante suyo se encontraban lesionados, le permitió salir de titular frente al Leeds United el 12 de marzo del año 2000, siendo el hazmerreír de sus propios hinchas por su nulo estado de forma y su abultada silueta ya que pesaba en torno a 105 kilos. Para más inri, el Bradford perdió aquel partido 2-1 y él falló en ambos goles recibidos.

Fuente: http://quefuede.blogia.com y http://www.futbolingles.es

miércoles, 21 de diciembre de 2011

LO COMPRARON POR ONCE BALONES Y JUGO CINCO MUNDIALES

Antonio (Tota) Carbajal es el único guardameta que jugó en cinco Mundiales de Fútbol: Brasil (1950), Suiza (1954), Suecia (1958), Chile (1962) e Inglaterra (1966), a pesar de que en ninguno de ellos su equipo, México, no paso de la primera ronda, será recordado por este hecho.

Su debut con la selección mexicana fué en los Juegos Olímpicos de Londres en 1950 y su primera aparición en un Mundial fue en la inauguración de Maracaná en la Copa Mundial de Brasil. Se retiro en el mítico estadio de Wembley en el Mundial de Inglaterra.
Otra anécdota curiosa es que en sus inicios fue portero en el Club Oviedo (equipo amateur) y fue vendido al Club España por… 11 balones.

Esta reconocido como el mejor portero del Siglo XX de la CONCACAF por la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol.

Es un portero record ya que también tiene como entrenador en la Primera división de México de dirigir más años a un mismo equipo; estuvo diez temporadas como director técnico del Atlético Moreira desde 1984 a 1994.

En la final de de la Copa Confederaciones de 1999, la FIFA junto con la Federación Mexicana le otorgó un gran reconocimiento a su carrera, quedando ubicado entre los 100 primeros jugadores históricos a nivel mundial.

lunes, 19 de diciembre de 2011

LA MEJOR PARADA DE BUSQUETS


A veces se hacen gestas que pasan desapercibidas para el resto del mundo, como la del ex portero de F.C. Barcelona Carlos Busquets.

Carlos Busquets fue el portero culé en la década de los noventa con Cruyff en el banquillo y paso de ser el eterno suplente a titular.

Este hombre aparte de ser conocido por sus estrafalarios chándales y de parecer más un portero de balonmano que de fútbol, realizo una de sus más portentosas paradas en su propio domicilio encontrándose en casa con su hijo pequeño Aitor.

El suceso fue el siguiente: Una plancha caliente cayó y estuvo a punto de hacerlo sobre su hijo, pero Busquets con sus grandes reflejos de guardameta, se lanzo como un gato hacia la plancha deteniéndola antes de que impactara en el pequeño, salvando a su hijo. Eso si las quemaduras que se produjo en ambas manos fueron tales que el portero del Barça no pudo estar presente en el siguiente compromiso liguero de su equipo frente al Tenerife el 12 de noviembre de 1995.

¡Lo que no se haga por un hijo!

miércoles, 14 de diciembre de 2011

EL DUELO DE LOS POETAS

Platko el "Oso Rubio de Hungría", mítico portero del Barça de los años 20 fue en su día inspiración de una famosa oda del poeta Rafael Alberti.

Si recordamos otro post del blog: Platko en Santander en un partido de final de Copa con las gradas a rebosar de gente, el cantante de tangos Carlos Gardel entre el público y los jugadores con esos calzones sobaqueros que se usaban por aquel entonces dispuestos a meter goles y partir tibias, tipos duros que no tenían reparos en meter la pierna en este juego de contacto llamado fútbol.

El guardameta choco con un delantero de la Real Sociedad al lanzarse a por un balón a sus pies, el ariete confundió su cabeza con el esférico, con el resultado de un montón de puntos de sutura en el cráneo rubio. Platko regreso al campo entre vítores de los aficionados  con un aparatoso vendaje (no existían los cambios en aquella época) y siguió jugando cual gladiador herido. Esto llego al alma de Alberti que iba con el Barça y le compuso el poema.

Aquí viene el desaguisado en forma de duelo poético: Gabriel Celaya a la sazón iba con la Real Sociedad y al leer el poema tan meloso ensalzando a modo de héroe mitológico a Platko no se pudo contener y contesto a Alberti con otro poema, pero más mirando al lado rudo de la competición y no dando por héroe al portero del Barcelona, denunciando que no fue el “Rubio” quien gano el partido, sino los penaltis escamoteados a la Real Sociedad, equipo que lucho con rabia, contra las patadas, el campo embarrado y un árbitro comprado (según palabras de Celaya).

El día que murió Gabriel Celaya todos los jugadores de la Real llevaron brazalete negro en señal de duelo. El poeta entrego a las letras toda su alma y al equipo “txuri urdin” toda su vida. Defendió su equipo con el entusiasmo de un chaval.

Los dos poemas enfrentados son los siguientes:


ODA A PLATKO (Rafael Alberti, España, 1902-1999)
Ni el mar,
Que frente a ti saltaba sin poder defenderte.
Ni la lluvia, ni el viento, que era el que más rugía.
Ni el mar, ni el viento, Platko,
rubio Platko de sangre,
Guardameta en polvo,
Pararrayos.
No, nadie, nadie, nadie,
Camisetas azules y blancas, sobre el aire.
camisetas reales,
contrarias, contra ti, volando y arrastrándote.
Platko, Platko lejano,
rubio Platko tronchado,
tigre ardiente en la hierba de otro país,
¡Tú, llave, Platko, tú llave rota,
llave áurea caída ante el pórtico áureo!
No, nadie, nadie, nadie,
nadie se olvida, Platko
volvió su espalda el cielo.
Camisetas azules y granas flamearon,
apagadas, sin viento
El mar, vueltos los ojos,
se tumbó y nada dijo.
Sangrando en los ojales,
sangrando por ti, Platko,
por tu sangre de Hungría,
sin tu sangre, tu impulso, tu parada, tu salto
temieron las insignias.

No, nadie, Platko, nadie,
nadie se olvida.
Fue la vuelta del mar
fueron diez rápidas banderas
incendiadas sin freno.
Fue la vuelta del viento.
La vuelta al corazón de la esperanza
Fue tu vuelta.
Azul heroico y grana
mando el aire en las venas
Alas, alas celestes y blancas,
rotas alas, combatidas, sin
plumas, encalaron la hierba.
Y el aire tuvo piernas,
tronco, brazos, cabeza.
!Y todo por ti Platko,
rubio Platko de Hungría!
Y en tu honor, por tu vuelta,
porque volviste el pulso perdido a la pelea,
en el arco contrario al viento abrió una brecha.
Nadie, nadie, se olvida.
El cielo, el mar, la lluvia lo recuerdan.
Las insignias.
Las doradas insignias, flores de los ojales,
cerradas, por ti abiertas.
No nadie, nadie, nadie,
nadie se olvida, Platko.
Ni el final: tu salida,
oso rubio de sangre,
desmayada bandera en hombros por el campo.
!Oh Platko, Platko, Platko
tú tan lejos de Hungría!
¿Qué mar hubiera sido capaz de no llorarte?
Nadie, nadie se olvida,
no nadie, nadie, nadie.


CONTRAODA DEL POETA DE LA REAL SOCIEDAD (Gabriel Celaya, España, 1911-1991)
Y recuerdo también nuestra triple derrota
en aquellos partidos frente al Barcelona
que si nos ganó, no fue gracias a Platko
sino por diez penaltis claros que nos robaron.
Camisolas azules y blancas volaban
al aire, felices, como pájaros libres,
asaltaban la meta defendida con furia
y nada pudo entonces toda la inteligencia
y el despliegue de los donostiarras
que luchaban entonces contra la rabia ciega
y el barro, y las patadas, y un árbitro comprado.
Todos lo recordamos y quizá más que tu,
mi querido Alberti, lo recuerdo yo,
porque yo estaba allí, porque vi lo que vi,
lo que tú has olvidado, pero nosotros siempre
recordamos: ganamos. En buena ley, ganamos
y hay algo que no cambian los falsos resultados.

Fuentes: Montero González para GQ y http://www.erreala.com/el-duelo-de-los-poetas/

sábado, 10 de diciembre de 2011

"PIBONA EL ARQUERO GOLEADOR Y TÍO DE HÉCTOR ALTERIO

El 9 de agosto de 1931, Eduardo Alterio, tío del magnífico actor argentino Héctor Alterio inscribió su nombre en la historia del fútbol al convertirse en el primer guardameta que anotaba un gol en el campeonato argentino. Conocido por todos como “Pibona”, este arquero -como dicen en Argentina- convirtió una pena máxima que en el minuto 34 de partido decretó el colegiado Ricardo Riestra, una acción por la que el buen portero de Chacarita entró en la historia del fútbol argentino.

En el encuentro disputado entre Chacarita Juniors y Tigre,  Tigre jugó como local, y el encuentro acabó con empate a tres en el marcador. Alterio batió a Savarro y cuentan que no fue demasiado complicado para el “Pibona”, pues las crónicas de la época apuntan que Savarro permaneció inmóvil junto al poste derecho en señal de protesta por la cobranza de la pena máxima del juez Ricardo Riestra.

Pese a ello la citada acción le otorgó gran popularidad al tío del insigne Don Héctor, pues los historiadores del fútbol argentino tuvieron que aguardar bastantes años para anotar un nuevo gol de un guardameta en los libros históricos. Y es que no sería hasta el Torneo Nacional de 1972, cuando otro guardameta como Alberto Parsechián -de Independiente de Trelew- sucedió en el citado honor a Alterio haciendo dos tantos – también de penal: uno a Vélez y otro a San Lorenzo de Mar del Plata.

Curiosa la historia de la “Pibona”, pues no quedó ahí, es más tal y como recordó Héctor Alterio en alguna que otra entrevista, a su tío le tocó vivir los tiempos de amateurismo y el posterior proceso de profesionalización del fútbol en su país. Fue grande en Chacarita, club en el que recibió calzoncillos y camisetas de una marca que patrocinaba al equipo a cambio de sus servicios en la portería. Luego se convirtió en profesional y logró la remuneración económica, pero el destino le tenía reservada una quizás injusta conclusión a su carrera deportiva.

Y es que Eduardo Alterio firmó por Atlanta, eterno rival de Chacarita, club en el que cuatro años después de aquel gol a Tigre protagonizó otro suceso histórico, aunque en esta ocasión de naturaleza bien distinta y tintes más bien dramáticos.

Fue un 9 de junio de 1935 en un partido disputado ante River en la cancha que el conjunto de la banda roja tenía en Alvear y Tagle. Y nuevamente una pena máxima se cruzó en su camino para marcar su trayectoria y su destino personal y profesional.

Héctor Alterio sobrino del guardameta
En esta ocasión Alterio hizo de atajador, a los nueve metros, en el punto fatídico, le retaba la mirada inyectada en sangre de una fiera legendaria llamada Bernabé Ferreira. El golpeo marca de la casa y la estirada de Alterio fantástica, que hizo muy bien su trabajo pero que tuvo que rechazar el esférico. Una acción que en el citado rebote y de forma noble y fortuita provocó un nuevo choque entre portero y goleador.

Cuentan que la “Pibona” se lanzó de forma valiente a los pies de Bernabé y fruto de ello recibió una patada en la cabeza que le afectó a los tímpanos y le provocó una sordera permanente. Fue una situación un tanto dramática puesto que Alterio intentó levantarse en varias oportunidades y cayó al suelo en repetidas ocasiones.

Una vez más una pena máxima se cruzaba en el camino de la “Pibona”, aunque en esta ocasión para marcar el punto y final de la carrera de un arquero que forma parte de la historia del fútbol y siempre encontraremos en los libros de la historia de este deporte por aquel gol convertido a Savarro en la cancha de Tigre.

Fuente:http://loscuentosdelapelota.blogspot.com/

DOS PORTEROS MANCOS

Hay muchas y diversas anécdotas en el mundo del fútbol y concretamente bajo los tres palos se suelen encontrar algunas de las más jugosas, como la que acabo de localizar.

En Uruguay durante los años cuarenta tuvo lugar uno de los partidos más extravagantes y poco comunes de la historia del balompié. 

Dos equipos se disponían a jugar un partido, pero una de las alineaciones tenia doce jugadores en vez de los once reglamentarios. La razón: Una de las porterías estaba cubierta por dos porteros mancos, uno de cada brazo.

Al notar el equipo contrario que el guardameta del equipo contrario estaba disminuido por la falta de un brazo y sabiéndose en ventaja, permitió que jugasen con dos porteros, pero los dos eran mancos.

Con lo que el partido se disputo con ambos cancerberos bajo palos gracias a la gentileza del equipo local.

Fuente: www.vavel.com

martes, 6 de diciembre de 2011

LA MANDIBULA DE ALEX STEPNEY

Alex Stepney será recordado por la parada que le realizo a Eusebio, jugador del Benfica, con empate a un gol y que supuso la prórroga para el Manchester United, en la que posteriormente arrasaría para ganar la final por 4 a 1.

También porque fue vendido al Chelsey por 52.000 Libras y en cuestión de semanas se le traspaso al Manchester por 55.000, record de la época para un guardameta y que probamente es una de las primeras especulaciones financieras en el fútbol.

Encajo uno de los primeros goles marcados por un portero. Pat Jennings guardameta del Tottenham Hotspur le batió de portería a portería en la Charity Shield. Jennings saco en largo y el balón le boto delante a Stepney superándolo por alto. (Ver video)
Pero la anécdota más curiosa es la que le ocurrió el 19 de agosto de 1975, Alex Stepney, portero del Manchester United, tuvo que ser ingresado en el hospital durante un partido contra el Birmingham City por una dislocación de mandíbula. Alex puso tanto énfasis y efusividad al gritarle y corregir a un compañero de equipo que se disloco la mandíbula, lesión común en un portero, pero no por su verborrea.

lunes, 5 de diciembre de 2011

EL GUARDAMETA QUE LE "ROBO" LOS FOTÓGRAFOS A FRANCO

Enrique Martín es el Quique portero del Valencia de los años 50 que en la final de Copa del 54 (3-0 al Barça) se sentó en el larguero de una portería del Bernabéu para celebrar el triunfo de su equipo. Al día siguiente, en El Pardo, Franco le tiró de las orejas.

 Jacinto Quincoces, nuestro entrenador, me había dicho antes del partido: "Si ganamos puedes subirte al cielo". Lo recordé y pensé: "Al cielo, no, pero al larguero sí me subo. Y me subí. Ya había hecho cosas parecidas. Siempre recordaré el morrón que me pegué al bajar". Quique, 84 años, 62 felizmente casado con su Montse, una catalana que conoció cuando jugó en el Barça. Su prodigiosa memoria nos traslada a aquella tarde de junio de 1954 en Madrid.

"El Bernabéu acababa de inaugurar su tercer anfiteatro, entonces entraban más de cien mil personas. El caso es que acabó el partido y se produjo una invasión de hinchas del Valencia, y yo me quedé atrás, lejos de donde Franco entregaba la Copa a Puchades, nuestro capitán. De pronto, ¡zás!: me subí al larguero y lo vi todo divinamente". Los fotógrafos se fueron hacia él. Uno de ellos el mítico Finezas, autor de las grandes fotos del Valencia de la época.
"Se montó un revuelo a mi alrededor, pero lo más gracioso sucedió al día siguiente", relata Quique. Era entonces costumbre que el campeón de Copa visitara a Franco en El Pardo después de la final. "Apareció él y preguntó: "¿Dónde está el chico que me quitó los fotógrafos?". Y es que pasó eso: se vinieron todos a por mí y se olvidaron del palco del Bernabéu".
Fuente: http://www.foroche.com

miércoles, 30 de noviembre de 2011

ROA, EL PORTERO QUE ABANDONO EL FÚTBOL PARA SER SACERDOTE

Carlos “Lechuga” Roa, era en su puesto uno de los mejores guardametas del mundo, titular indiscutible en la selección argentina. Con 28 años era un jugador muy prometedor que incluso fue recibido con honores en su país al pararle a Inglaterra el penalti decisivo que les dejo fuera del Mundial, para orgullo patrio.

Tras iniciarse en el Racing de Avellaneda y posteriormente despuntar en Lanús, salto el charco de Argentina a Europa para jugar en el Mallorca, entrenado en aquella época por Héctor Cúper. Buenas campañas con el Mallorca hacen que se interesen por el los clubes más grandes de Europa, incluido el Manchester United para suplir la baja de Peter Schmeichel, el mítico de la portería de los “Red Devils”.

Nada de toda esta euforia le hizo cambiar de opinión, una decisión que llevaba tiempo rumiando, que no era otra que dejar el futbol para dedicarse en cuerpo y alma y ser sacerdote en su religión, “La Iglesia Adventista del Séptimo Cielo”. Renunciaba a ofertas millonarias, fama y prestigio para dedicarse en pleno a su fe.

El portero ya había alguna vez hablado de sus convicciones religiosas. Cuestionado porqué situaba un punto entre los números 1 y 3 del dorsal 13 con el que jugaba, rápidamente aclaró que no se trataba de una cuestión supersticiosa sino que para él esos números eran los correspondientes a Jesús y a la Santísima Trinidad.

Tras un año de retiro, se debió arrepentir y anuncio su regreso a los terrenos de juego, eso sí poniendo como condición, no jugar los sábados, día de descanso y oración para los fieles de dicha iglesia.
Volvió a jugar en el Mallorca, pero ya no fue el mismo, tampoco consiguió volver a la selección argentina. Prolongo finalmente su carrera hasta los 37 años jugando en el Mallorca y en el  Albacete , regresando más tarde a su país para jugar en el Olimpo de Bahía Blanca.

También tuvo que luchar contra un cáncer testicular, que supero y actualmente se dedica al entrenamiento de guardametas, pero mantiene sus convicciones religiosas.



martes, 15 de noviembre de 2011

UN GORDITO LLAMADO IKER CASILLAS

Ahora que los telediarios y los periódicos arrancan sus ediciones con los record de Iker Casillas en su equipo y en la selección española, donde si juega contra Costa Rica habrá superado en internacionalidades a Zubizarreta con 127 ocasiones vistiendo la elástica de “La Roja”, siendo así el futbolista español que más veces lo ha hecho, y teniendo en cuenta la longevidad de un guardameta y su estado de forma y gracia, alcanzara una cifra difícilmente superable por ningún otro jugador.

De este mostoleño con nombre en Euskera, debido a que  sus padres trabajaron temporalmente en el País Vasco, pocos saben que en sus inicios cuando contaba cinco cinco añitos, no fueron todo lo felices que cabria desear en este personaje tan aclamado ahora mismo. Iker era un niño más bien rechoncho y con tendencia a engordar, posiblemente esa fue la causa, como la de tantos porteros, de que se pusiera bajo los palos, esa y que muy probablemente no fueran tan hábil como el resto de los jugadores. Si a eso añadimos que los técnicos se dieron cuenta de que no iba a ser muy alto (mide 1,82 m.), lo tenía todo en su contra. Lo que si vieron los técnicos en él, es que todas esas limitaciones las superaba con decisión, valentía y una dotes de mando fuera de lo normal en un crio de esa edad. Y apostaron por él.

A base de perseverancia y entrenamiento supo sobreponerse a esas carencias, bajando peso y desarrollando un tren inferior fuerte para paliar esa supuesta falta de centímetros, hoy se apuesta por porteros más altos, rondando el 1,90, pero Casillas suple todo eso con una velocidad de reacción endiablada, una agilidad fuera de lo común y una personalidad dentro del campo que le lleva a ser el capitán en su equipo el Real Madrid y en la selección española. Si a eso le añadimos su humildad (todavía se ruboriza cuando le recuerdan sus éxitos) tenemos uno de los porteros más completos de la historia del balompié.

Hoy con mas diez años en la elite futbolística, está considerado desde 2008 como el mejor portero del mundo, si a eso añadimos que medio país siente envidia sana por sus títulos, recordemos que los tiene todos (alguno de ellos repetido), menos el Balón de Oro que nunca le van a otorgar, ya que a los porteros no se les tiene en cuenta para esos galardones y el otro medio por su novia, Sara Carbonero.

Entre sus anécdotas, una de las más llamativas y mas copiada es que antes de los partidos se cortaba las mangas ya que le molestaban, hoy no tiene necesidad de hacerlo ya que las marcas lo hacen por el otorgándole jerséis de manga corta. También es zurdo de pie y diestro de mano. Le llaman San Iker por sus increíbles intervenciones, aunque a él no le gusta. En una ocasión la prensa tildo al Real Madrid como “Los Galácticos”, Preguntado por ello en una entrevista,  Iker se rebeló y dijo: “Yo no soy galáctico, soy de Móstoles”.  

Tras una infancia llena de fútbol, aún con edad de cadete, volvía a ser el más precoz de su generación al ser convocado por el Real Madrid. Con tan sólo 16 años, lo convocaron por primera vez para el primer equipo. En la temporada 1997/98, Iker estaba en el Instituto el I.E.S. El Cañaveral (Móstoles), y el Director le llamó a su despacho. Le comunicaron que el Real Madrid, que jugaba en Noruega frente al Rosenborg un partido de Copa de Europa, le había convocado debido a las bajas de Illgner y Contreras. Cañizares fue titular, pero Jupp Heynckes tuvo que convocar al portero del equipo juvenil para completar la convocatoria: Iker Casillas. Mientras sus compañeros iban a entrenar en Porches, Audis, etc. él lo hacía en metro. Debutó en Liga en San Mames contra el Athletic Club con tan solo 17 años (con empate a dos goles), haciendo un partido memorable e impidiendo la victoria de “Los Leones”.

Sirva este modesto homenaje al capitán que levantó la Eurocopa de 2008 y el Mundial de Fútbol de 2010.
Este niño gordito y bajito hoy está en lo más alto de la élite futbolística, ha sido el portero más precoz en ganar una Champions League y tenemos para rato.

¡ENHORABUENA Y GRACIAS IKER!

domingo, 13 de noviembre de 2011

LA MALA SUERTE DE ULACIA

Siempre se ha dicho que hay porteros con mala suerte. En el caso del siguiente ha estado patente a lo largo de toda su vida deportiva. Algunos incidentes protagonizados por él son hasta graciosos.
El guardameta  vasco José Luis Ulacia nacido en Mutriku (Gipuzkoa) hacia pareja con Ignacio Oregui en la portería de la UD Las Palmas en los años setenta y setenta. Eran como un pack siempre (o casi) habían jugado juntos. Eran inseparables como ”Hernández o Fernández de Tintín” o los traviesos “Zipi y Zape del entrañable Escobar”.

Es como si una especie de “leyenda negra” se hubiera cebado sobre el portero de la Unión Deportiva Las Palmas. El anecdotario popular le coloco el “sambenito” de gafe o agorero e incluso la prensa se hizo eco de ello.

Cuando debutó, él no pensaba que iba a jugar ese día y se metió un atracón de angulas (esto hoy no le hubiera pasado) con lo que se puso tan malo que no pudo llegar a jugar. Otra vez en un partido de Copa que tenía que suceder a Pepín (Oregui, estaba lesionado) se puso muy enfermo con casi cuarenta de fiebre. En otra ocasión en un entrenamiento al apoyarse en el poste a descansar le metieron tal pelotazo que lo lesionaron. Pero la más sangrante de todas es que también se lesiono una vez más al meterse su propio dedo en un ojo, con lo que tuvieron que retirarlo del terreno de juego casi con perro “lazarillo”.

Toda su carrera la mala suerte le persiguió como si le estuvieran haciendo vudú

jueves, 10 de noviembre de 2011

O´BRIEN ROMPIÓ SU PROPIA PORTERÍA


Esta vez la anécdota sucedió en Irlanda. En 1975, los equipos irlandeses del y St. Patrick Athletic se enfrentaban en el campo del Athlone (St. Mel's Park). El partido era televisado y estaba siendo dominado de una manera abrumadora por el equipo local. La superioridad del Athlone Town era tal que la mayoría de tiempo se jugaba en el campo del equipo contrario. Y ahí empezó la historia. 

El portero del equipo dominador y local, Mick O'Brien, famoso por sus excentricidades y sus payasadas, estaba totalmente aburrido. Y empezó a distraerse como podía. Los cámaras viendo más espectáculo en el portero que el propio partido empezaron a mostrar interés por el jugador. De vez en cuando algunas de las cámaras dejaban de lado la portería donde se disputaba el partido para mostrar al portero local, unas veces sentado en el suelo, otras colgando del larguero, imitando a un chimpancé por el área, incluso sentado en el centro del larguero. Y llegó el show. 

En un momento del partido hubo un gran ruido y la cámara se giró automáticamente hacia la portería del portero Mick O'Brien para mostrar el larguero roto, la portería hundida y a él sentado sobre la red y las maderas. El árbitro que lo había estado observando durante el encuentro no dudó ni un momento. Llegó corriendo desde el otro campo y le mostró la tarjeta roja. O'Brien abandonó el campo y el partido continuó tan pronto la portería fue reparada. La payasada del portero se extendió por todas las emisoras y en los restos de campos de liga se oyeron grandes risas y bromas cuando la noticia fue difundida.

martes, 8 de noviembre de 2011

LAS CANTADAS DE PAVAROTTI

A los porteros cuando cometen una pifia o un error se les dice que han cantado, que han hecho una cantada o que son unos cantantes. En este caso sí que se le puede aplicar al siguiente personaje, ya que aunque en su juventud fue portero de fútbol, es considerado como uno de los mejores cantantes de ópera de todos los tiempos.

Luciano Pavarotti, nació el 12 de octubre de 1935 en las afueras de Módena, en el norte de Italia, era hijo de Adele Venturi, trabajadora en una fábrica cigarrera, y de Fernando Pavarotti, panadero y tenor aficionado, que estimuló a Luciano para comenzar sus estudios en el mundo del canto lírico. Aunque Luciano hablaba con cariño de su infancia, la realidad es que vivió ciertas penurias. Su familia tenía escasos recursos económicos; sus cuatro miembros se apiñaban en un apartamento de dos cuartos.

Después de una niñez normal con un típico interés por los deportes (en su caso, el fútbol sobre los demás), Luciano se graduó en la Scuola Magistrale, y se enfrentó al dilema de la elección de carrera. Estaba interesado en seguir profesionalmente la carrera de futbolista como portero, pero su madre le convenció para que se convirtiera en profesor. Posteriormente ejerció en una escuela primaria durante dos años, pero finalmente permitió que su interés en la música prevaleciera. Reconociendo el riesgo que esto conllevaba, su padre le dio su consentimiento a regañadientes: acordaron que Luciano recibiría alojamiento y comida hasta que cumpliera 30 años, y si no triunfaba a esa edad, se ganaría el sustento por sus propios medios.

Pavarotti se debatía entre sus dos grandes pasiones, la portería y el canto, al final prevaleció afortunadamente el segundo, para deleite de todos. No sabemos qué tal portero hubiera sido, pero como tenor todos conocemos el resultado.

Durante toda su vida fue un ferviente aficionado al fútbol e hincha de la Juventus. Compartió con otros dos tenores esa afición, en este caso españoles; Placido Domingo seguidor del Real Madrid y Josep carreras del FC Barcelona. Juntos los “Tres tenores” cantaron en diferentes eventos dedicados al fútbol, como previos de partidos y  Mundiales, concretamente en el de Francia 1998, y cada vez que hacían una aparición ante la prensa Pavarotti lo hacía siempre con un balón entre sus manos.

Fuente: www.wikipedia.org

domingo, 6 de noviembre de 2011

IGNACIO EIZAGUIRRE, EL GUARDAMETA PRUDENTE

Ignacio Eizaguirre fue uno de los mejores porteros de su época, un guardameta como mandan los cánones y del que se cuentan varias anécdotas. La primera de ellas fue una gran polémica de cuando jugaba en la Real Sociedad (1940/41). El Valencia lo ficho a espaldas del club, negociando con su padre (también fue portero) y mientras se debatía en disputas legales se pasó una temporada en blanco.

Otra de ellas ya en el club “che” cuando debutó no tuvo una buena actuación y fue relegado a la suplencia. Pio se convirtió en guardameta titular y Eizaguirre no conseguía arrebatarle el puesto. La oportunidad de debutar por segunda vez con el equipo valenciano le vino por la indisposición de Pio tras “zamparse” una cesta de morcillas traída por el padre de Eizaguirre del negocio familiar que era una carnicería (ya contada en este blog).

Jugando el Campeonato del Mundo recibió un gol extraño tras un bote del balón en una imperfección del terreno de juego así que desde entonces se llevaba unos sacos con arena de playa al campo y antes de que empezara el partido los vaciaba en el área, nivelándola después con un rastrillo y regándola también para reblandecer la zona, evitando así los malos botes de la pelota.

En temporada posterior a su retirada, siendo entrenador del primer equipo de Osasuna, se volvió a poner bajo palos debido a la cantidad de goles que recibían en cada partido, pero sin mucha fortuna y encajando los mismos que encajaban sus porteros. Todavía volvería a ocupar una portería, ya con 55 años y en un amistoso benéfico, en el que aún así demostró en algunos lances del juego que seguía llevando en la sangre el oficio de portero.

sábado, 5 de noviembre de 2011

LOS GUANTES DE MIGUEL REINA

El Atlético de Madrid solamente ha llegado a una final de La Copa de Europa de Campeones y estuvo a cuarenta segundos de obtener el título más importante del fútbol del Viejo Continente, pero un increíble descuido de su guardameta Miguel Reina lo privó del preciado galardón.

La final del torneo, que enfrentó al conjunto madrileño con el del Bayern Munich aleman, se llevó a cabo el 15 de mayo de 1974 en el estadio Heysel de Bruselas, Bélgica. Al término de los noventa minutos reglamentarios, el marcador continuaba en blanco, por lo que el juez local Louis Loreaux hizo jugar la prórroga de dos tiempos de quince minutos, tal como lo establecía el reglamento. A los 113 minutos, el delantero español Luis ¿Aragones? logró abrir el marcador con un tiro bajo que superó al legendario portero Sepp Maier. Parecía que la gloria quedaba en poder de la escuadra española. Sin embargo, a segundos del final, ocurrió lo inconcebible: aún con la pelota en juego, Reina se quitó los guantes, abandonó su lugar y se los regaló a un fotógrafo del diario Marca que se encontraba detrás del arco. El inadmisible descuido fue aprovechado por el defensor alemán Georg Schwarzembeck quien, al ver que la meta estaba libre, efectuó un violento disparo con la zurda desde algo más de treinta metros que llegó hasta las redes sin oposición.
Igualado el duelo, se pactó un encuentro definitivo para dos días más tarde, en el mismo estadio, y el entrenador Juan Carlos Lorenzo decidió mantener a Reina. Nuevo error: los alemanes se impusieron por 4 a 0.

El hecho es recordado de la siguiente manera por el técnico argentino Juan Carlos Lorenzo:

“Periodista: ¿Cómo hizo para perder la final de Europa de 1974 contra el Bayern Munich, dirigiendo al Atlético Madrid, ganando 1-0 a diez segundos del final?

Lorenzo: No me hagan acordar. Lo que hizo Reina, el arquero, no tiene perdón. Nos pusimos 1-0 a siete segundos del final. Faltando uno, tuvimos un tiro libre a favor, lo pateó Gárate y le salió una masita a las manos de Maier. Este sacó fuerte con el pie y Cacho Heredia la mandó afuera. Vino el lateral, la tomó Beckenbauer y se la dio a un tal Schwartzembeck, un zaguero que era muy torpe. Tanto es así, que no supo qué hacer y se sacó la pelota de encima pateando al arco.  Un tirito… ¿Saben lo que estaba haciendo Reina? Dándole los guantes de recuerdo al fotógrafo de Marca. Por supuesto, fue gol. Nos agarró una desesperación terrible. Vicente Calderón, el presidente, casi se nos muere en el camarín. Salimos 1-1 y había que jugar un desempate a la 48 horas. A Reina no lo encontrábamos por ningún lado. Estaba refugiado en el vestuario del árbitro. Después apareció y me pidió la revancha. Se la di, pero no nos acompaño la suerte; el Bayern nos bailó y nos ganó 4-0….”

De esta manera el padre de Pepe Reina perdió su primera y única final de la ahora llamada Champions League, para el asombro de propios y extraños. No he conseguido saber quién era el fotógrafo de MARCA. 

jueves, 3 de noviembre de 2011

EL PORTERO QUE HACIA VUDÚ A LOS CONTRARIOS

Apodado el Yashin negro, Robert Mensah es para muchos el mejor portero de la historia del fútbol africano. Estaba tan loco que se echaba encima a las aficiones rivales poniéndose a leer el periódico en medio de los partidos, y de él decían que hacía vudú a los rivales con su gorra mágica. Tal día como hoy hace 40 años su leyenda nació para siempre cuando fue asesinado en extrañas circunstancias.

En Ghana existe un equipo que se llama Los Enanos Misteriosos (Mysterious Dwarfs) que lleva a gala el nombre de su estadio con capacidad para 15.000 personas. No en vano, el Robert Mensah Stadium recuerda no sólo a la mayor leyenda que nunca salió del club, sino al portero más heterodoxo, misterioso y extraño de la historia del fútbol.

Robert Mensah, gigante negro vestido siempre de negro como el legendario portero ruso Lev Yashin, 'La Araña Negra', encerraba en sí tantas excentricidades y misterios que convertía en un acontecimiento cada salida al campo. Solía enervar a las hinchadas rivales con provocaciones poco sutiles (hacía ostentación de un gran bostezo cuando el equipo rival no atacaba o sacaba un periódico que fingía leer mientras se jugaba), tanto que en 1970, en Liberia, fue atacado por unos proyectiles lanzados desde un fondo que casi se lo llevan por delante.

Pero, sobre todo, lo que infundía era un extraño miedo. La razón, decían, era una gorra blanca que le había legado su abuelo, un brujo, en su lecho de muerte, y que jamás se quitaba debajo de los palos. Decían que con ella hacía vudú. Los rivales, incluso, trataban de arrebatársela durante los partidos. Nadie lo conseguía, porque antes se llevaba una buena serie de puñetazos.

Cuenta la leyenda que en un partido en Kinsasha, en el antiguo Zaire, a su equipo de entonces, el Asante Kotoko, le estaba robando el árbitro a base de bien. Aun así ganaba 1-2, pero al final le pitaron un penalti tan escandaloso que el entrenador del Asante decidió retirar al equipo. Mensah se negó: pararía el penalti. Cuando llegó a la portería, el árbitro le hizo una petición increíble: debía quitarse la gorra. Una muestra más de que, efectivamente, atendía a todo lo que le pedía el equipo rival.

Mensah, un gigante con muy mal carácter, montó en cólera, gritó, amenazó y pataleó; pero, al final, tuvo que quitarse la mágica gorra. Tal era su enfado que se fue hacia el rival que debía lanzar el penalti, lo miró fijamente y caminó hacia la portería haciéndole gestos amenazadores. Tanto le temblaban las piernas al pobre delantero que acabó tirando la pena máxima cinco metros por encima del larguero.

Cuando Mensah estaba en su mejor momento, en 1971 (acababa de ser finalista del premio al mejor jugador africano y contaba con unos 31 ó 32 años, no se sabía muy bien), su proverbial indisciplina le llevó a un bar de mala muerte mientras sus compañeros se concentraban para un importante partido a 300 kilómetros. Tres tipos mal encarados discutieron con él, o quizá Mensah se metió donde no lo llamaban, y el portero acabó con una grave herida producida por una botella rota. Moría en el hospital el dos de noviembre de 1971, hoy hace 40 años.

A su entierro fueron miles de personas. Los que le querían y los que le temían. Fue enterrado con su gorra, la que, decían, su abuelo le había legado para que hiciera vudú a los temblorosos delanteros.

Fuente: http://noticias.lainformacion.com

martes, 1 de noviembre de 2011

FRANTISEK PLANICKA, EL HÉROE DE BURDEOS

La historia del guardameta: Frantisek Planicka

Fue en Burdeos, Francia, el 12 de julio de 1938, en un partido de segunda ronda del Mundial de ese año entre Checoslovaquia y Brasil, un encuentro que se conocería como La Batalla de Burdeos. Fue un partido bronquísimo, en parte por la permisividad del árbitro húngaro Von Hertzka. Se sucedieron faltas muy duras y cuando el árbitro comenzó a expulsar gente era demasiado tarde. Acabaron en la calle dos brasileños (Machado y Procopio) y un checo (Riha). Nunca antes habían sido expulsados tres jugadores en un partido mundialista y este hecho no se superaría hasta el Mundial 2006 de Alemania, en un partido en Nuremberg entre Portugal y Holanda, en el ruso Valentin Ivanov expulsó a los lusos Costinha y Deco y a los neerlandeses Boulahrouz y Van Bronckhorst, amén de sacar 16 amarillas.
En Burdeos, ese día, se lesionaron varios jugadores. Los más graves, el checo Nejedlý y nuestro protagonista de hoy. El primero se rompió una pierna y tuvo que dejar el partido. Planicka se rompió un brazo y se lesionó en la clavícula (algunas fuentes dicen que también se la rompió) tras un choque con el brasileño Perácio (los medios brasileños dijeron que fue tras chocar con un poste). Pero en vez de abandonar el partido, Planicka jugó parte del segundo tiempo y la prórroga con el brazo roto y no encajó ningún gol. El partido acabó 1-1. Desde aquel día, Planicka entró en la historia. Tras ese partido, Planicka se retiró. Luego se jugó un replay y los brasileños ganaron 2-1.

En su país le llamaban Kocka v Praze (el Gato de Praga).
Era pequeñito para ser portero (1,72 m) pero destacaba por sus reflejos y agilidad.
Era el capitán checo en el Mundial del 38.En 16 años de carrera, jamás fue amonestado ni expulsado. Por su extrema deportividad, la UNESCO le premió en 1985.
Acabó el Mundial del 38 en el once ideal del torneo.
El día en el que murió fue de luto en la República Checa. El extremo Karel Poborsky retrasó su fichaje por el Manchester United para poder asistir al funeral de Planicka.
En 1938 cerró su carrera internacional con 73 partidos para Checoslovaquia. Hasta 1966 no fue superado su récord de internacionalidades, a cargo de Ladislav Novak.
Frantisek Planicka nació el 2 de julio de 1904 y fallecio el 20 de julio de 1996.

Fuente: el buenísimo e impagable blog La web de los deportistas olvidados.
http://quefuede.blogia.com/2011/072001-quien-fue...-frantisek-planicka.php

lunes, 24 de octubre de 2011

GYULA GROSICS, EL FICHAJE CON MAS EDAD

Gyula Grosics, nació en Dorog (Hungria) en febrero de 1926.
A pesar de que su padre se empeño en que cogiera los hábitos de sacerdote, el se negó y labro una brillante carrera como cancerbero. Desde muy joven destaco en la portería y finalmente ficho por el club de su ciudad natal en 1945, el Dorogi Futball Club.

Fue un innovador en el puesto ya que tenía la costumbre de adelantarse en la portería, actuando casi de libero, dándole mayor libertad a su defensa, al igual que los porteros modernos. La culminación a su carrera llego en 1947 cuando fue llamado a su primera convocatoria con la Selección Nacional de su país, además ese año ficho por el Mateoz Budapest de la capital.

Era conocido por su apodo “pantera negra” ”, ya que solía vestir íntegramente de negro; y durante la temporada 1949/50 jugó para el Teherfuvar, antes de pasar al Budapest Honvéd, donde coincidiría con Puskas y Kocsis en lo que a la postre se convertiría en la base de la histórica Hungría del Mundial de 1954, denominada “los Mighty Magyars”, que ya se había hecho con la Medalla de Oro de los Juegos Olímpicos de 1952, disputados en Helsinki.

Fue justamente ese evento el de su despegue y reconocimiento definitivo a nivel internacional, ya que fue elegido el mejor guardameta del año, además claro, de lograr la medalla de plata junto con sus compañeros. Hasta que en 1956 estallaría la revolución comunista en el país.

Cuando en ese momento la mayoría de los grandes futbolistas optaron por emigrar, Grosics se mantendría en el Honvéd hasta 1957, cuando pasó Tatabánya Bányász, ya que el ejército no le permitió hacerlo hacia el Torna, club del cual era hincha confeso; y emblema de la derecha opositora.

Luego de eso, se retiraría en 1962, jugando también la Copa Mundial de 1958 y ese año, aunque claro, sin el mismo éxito de antaño; y lo que es peor, sin poder cumplir el sueño de su juventud de jugar un partido con el Ferencvárosi.

Un caso insólito en el fútbol mundial ya que increíblemente, en 2008, el propio Ferencvárosi anunció su fichaje, cuando contaba con  82 años. En un amistoso ante el Sheffield United de Inglaterra, Grosics se dio el gran gusto de vestir la camiseta de su equipo aunque sea por un minuto. Pocos meses después, su vida corrio riesgo, al ser sometido a una delicada operación de pulmón. No obstante, hoy su llama sigue más viva que nunca para los amantes del deporte rey. Pero puede considerarse el fichaje con más edad de la historia del fútbol.


martes, 18 de octubre de 2011

TRAUTMANN, EL PRISIONERO NAZI CONVERSO


Bernhard Bert Carl Trautmann
nació en Bremen (Alemania) el 22 de octubre de  1923.

Durante la Segunda Guerra Mundial se alistó en la Luftwaffe (fuerza aérea alemana). Los primeros años de servicio pasaron sin excesivo problema, desempeñándose como operador de radio en la Polonia ocupada. Más tarde, el destino le llevó a combatir, reubicado como paracaidista, en el frente del Este, debiendo combatir contra el Ejército soviético y contra el duro invierno del 41 y sobreviviendo a la cruenta lucha, siendo ascendido a Sargento y condecorado con la Cruz de Hierro por sus méritos en el campo de batalla. Posteriormente, Trautmann sobreviviría a los implacables bombardeos aliados en la ciudad fronteriza alemana de Kleve, aunque la fortuna no le terminase de sonreir de manera definitiva. A los pocos días, y con Kleve derruida en un 90%, Trautmann fue hecho prisionero por dos soldados norteamericanos, de los que conseguiría escapar… para volver a caer de nuevo, indefenso, ante un pelotón británico que, esta vez sí, lo trasladó hasta el campo de prisioneros de Ostende (Bélgica).

Tras permanecer un tiempo en el continente, Trautmann fue de nuevo trasladado a Gran Bretaña, aún como prisionero de guerra. Fue allí, como no podía ser de otro modo, donde comenzó su particular relación con el fútbol, en los habituales partidillos entre soldados y prisioneros, Trautmann destacaba sobre el resto de compañeros sobre los embarrados e improvisados campos de Lancashire, entre barracones, muros y alambradas.

Ya con el fin de la guerra, Trautmann se negó a ser extraditado a su país de origen. Decidió iniciar una nueva vida en Inglaterra, alejado de la compleja situación que se vivía en una Alemania hundida tras la caída del nazismo. Se buscó la vida trabajando en lo que pudo (primero en una granja, después en diversas factorías de la ribera del Mersey), y dedicó sus ratos libres a lo que el grueso de la población inglesa de su entorno los dedicaba de una u otra manera: al fútbol. Trautmann se enroló en las filas del modestísimo St. Helens Town, un club amateur de las cercanías de Wigan. Sus grandes dotes bajo los palos hicieron que, pese a lo modesto de la categoría en la que jugaba, varios equipos de renombre se fijaran en él. En el prisionero nazi converso.
Así, a principios de la temporada 1949/50, Bert Trautmann firmó su primer contrato profesional con el Manchester City. Pero su llegada a los citizens no iba a ser bien vista por todo el mundo. Su pasado al servicio del Reich dejaba a Trautmann en una complicada tesitura frente a miles de seguidores de su nuevo equipo, que habían visto como sus casas y su país eran duramente bombardeados por aquella Luftwaffe, en la que el propio Trautmann había servido, durante la Blitzkrieg de finales del 40 y principios del 41. Así, fueron muchos los seguidores del City que se manifestaron en contra del fichaje de un futbolista que, pocos años atrás, había contribuido al mayor ataque sufrido por el país en su propio territorio en toda su historia.
Pero su buen nivel en la portería de un City que no pasaba por sus mejores momentos, contribuyeron a que su público comenzara a olvidar y dar por cerrado el pasado de Trautmann. Ya no veían en él al prisionero de guerra alemán, sino a un gran portero que había salvado muchos partidos para el club de sus amores. Con Trautmann asentado en la portería del equipo, sólo las hinchadas rivales terminaban sin aceptar con naturalidad el pasado bélico de nuestro protagonista. Los insultos aludiendo a su pasada condición de nazi eran una constante cada vez que visitaba campos rivales.

 Y fue precisamente en la capital inglesa, concretamente en Fulham, donde sucedió un hecho que cambiaría para siempre la carrera deportiva de Bert Trautmann. Corría el mes de enero de 1950, y un triste Manchester City que no conseguía salir de los puestos de descenso, visitaba al Fulham en Craven Cottage, en la que suponía la primera visita del meta alemán a la capital tras su llegada al país. Cuando todo el mundo preveía una contundente derrota de los celestes, la figura de Trautmann surgió colosal, sobreponiéndose a los continuos insultos desde el graderío, para salvar el honor de su equipo, que sólo cedió un 1-0 en el marcador final, con varias paradas milagrosas que hicieron de él un héroe en ciernes. Tras el pitido final, los futbolistas de ambos equipos, rendidos a la soberbia actuación de Trautmann bajo los palos del City, tributaron una merecida ovación conjunta al portero, que poco a poco fue contagiando al público que abarrotaba el Cottage.

St.Helens Town vs Manchester City former players programme
Trautmann continuaría forjando su leyenda en la portería del City con actuaciones para el recuerdo, como la ofrecida en la final de la FA Cup del 56. Diez años después de su llegada al equipo, Trautmann viviría una experiencia que le colocaría para siempre en el imaginario de la hinchada citizen. Con 3-1 en el marcador a favor del City, el Birmingham apretaba en la recta final del encuentro dispuesto a recortar distancias. Trautmann salió a tapar una incursión hacia portería del interior zurdo Peter Murphy, cuando la rodilla de éste golpeó violentamente contra el cuello del meta alemán (minuto 01:01 del vídeo). El dolor debió de ser terrible. Trautmann tenía cinco vértebras dislocadas y una de ellas partida en dos. Ajeno al sufrimiento, y poniendo inconscientemente en grave peligro su vida, Bert continuó jugando los poco menos de quince minutos que restaban hasta el final del partido, salvando a los suyos de una casi segura remontada rival, con una actuación de antología.

 La gravísima lesión apartó a Trautmann de los terrenos de juego durante la práctica totalidad de la temporada siguiente. Pese a tratar de ir entrando en la dinámica del equipo poco a poco, el héroe de Wembley no volvió a ser el mismo de antes de su lesión. Con el equipo metido en una racha de resultados horrorosa, Trautmann llegó a vestirse de corto en 34 partidos de la 57/58, pero su estado de forma, a sus 36 años, con una rotura de vértebras, cuatro años de servicio en el Reich y casi otros cuatro como prisionero de guerra, no terminaba de ser el idóneo para un portero sometido a la máxima exigencia.
Miembro del English Football Hall of Fame desde el año 2005 (es uno de los ocho futbolistas no originarios de las islas que ha conseguido tal distinción), Bert Trautmann marcó, sin lugar a dudas, una época, tanto en el Manchester City (545 partidos a lo largo de 15 temporadas) como en el fútbol inglés que, afortunadamente, consiguió aparcar para siempre el pasado nazi del héroe del 56.

Trautmann empezó a jugar para el Manchester City de la Navidad de 1956 y al final hizo 508 apariciones para el club. Había 60.000 hinchas en su partido testimonial en 1964 con un equipo formado por el Manchester United y el City y uno internacional XI, que incluye Stanley Matthews, de 49 años. El público invadió el terreno de juego tres minutos antes del pitido final.

Después de un breve periodo en la gestión del club, tomó un trabajo en la Asociación Alemana de Fútbol ayudando a promover el fútbol en países como Birmania, Tanzania y Pakistán. Que se retiró en 1988 y se trasladó a Valencia, donde vive ahora en la edad de 86 años con su tercera esposa Marlis.

Fotos: www.google.es

lunes, 3 de octubre de 2011

LA TANDA DE PENALTIS MAS LARGA

En el campeonato argentino, el partido entre Argentinos Juniors y Racing Club que había finalizado 2-2, se tuvieron que lanzar 44 penaltis. El resultado final favoreció a Argentinos Juniors que gano por 20-19.

En 1989, en Buenos Aires, terminó empatado un partido entre Argentinos Juniors y Racing. El reglamento obligó a definirlo por penaltis.

El público asistió de pie comiéndose las uñas, a los primeros tiros desde los doce pasos. La hinchada gritó el gol de Racing. En seguida vino el gol de Argentinos Juniors, y lo gritó la hinchada de la otra tribuna. Hubo ovación cuando el arquero de Racing se tiró contra un palo y desvió la pelota. Otra ovación felicitó al arquero de Argentinos, que no se dejó seducir por las muecas y espero la pelota en el centro de la portería.

Cuando se ejecutó el décimo penalti, hubo uno que otro aplauso. Unos cuantos hinchas abandonaron el estadio después del vigésimo gol. Cuando lanzaron el penalti número treinta, la poca gente que quedaba le dedicó algún bostezo. Los pelotazos iban y venían, y el empate continuaba.

Al cabo de cuarenta y cuatro penaltis, terminó el partido. Fue el récord mundial de lanzamientos penales. En el estadio, ya no había nadie para celebrarlo, y ni se supo quién había ganado.
Fuente y fotos: www.google.es

martes, 27 de septiembre de 2011

COMICS Y GUARDAMETAS



Pablo Fernando Aurrecochea (El Vasco), lleva desde hace tiempo vistiendo camisetas con motivos dedicados al comic en cada partido con su equipo, que hacen las delicias de los amantes del 9º arte.

Aurrecochea paso por Argentinos Juniors  y Talleres de Remedios de Escalada en Argentina, aunque ahora su magia bajo los tres palos la muestra en el fútbol paraguayo y con un estilo propio e insólito, se la pasa usando zamarras dedicadas a los cómics: Spiderman, Robín, Superman, Batman, Hulk, Krusty el payaso de los Simsoms y pasando por Comic mas infantiles como el Ratón Mickey Mouse, La Pantera Rosa, El Pájaro Loco, Tom y Jerry y últimamente Bob Esponja.


Aurrecochea desfila por las canchas paraguayas "defendiendo" la camiseta de Guaraní, tras su paso por Tacuary y Bucaramanga.

Es su mujer la que le confecciona tan llamativas equitaciones."Partido tras partido estoy vistiendo una camiseta nueva. Tengo muchas opciones y me apetece, llama mucho la atención y a la gente le gusta. Me hace sentir bien con lo que hago. Lo elijo yo, con mi señora, que es la que me diseña las camisetas", dijo en una entrevista a la agencia EFE. Precisamente es su mujer la protagonista de tan ingeniosa idea: "Fue idea de mi esposa, Noelia Viera; si hubiese sido por mí, quizás no se me habría ocurrido", dijo el guardameta, quien mencionó que ya se ha vuelto habitual para él conversar cada semana sobre el próximo dibujo que lucirá con su mujer.
El caso francés
Pero no es el único al que se le ocurrió esta idea, ya que el portero francés Jeremie Janot vestía de esta guisa en la formación antes de un partido con su equipo. Afortunadamente al comienzo del partido se quito la máscara.
COMO SE PUEDE OBSERVAR EN EL SIGUIENTE VÍDEO.