A veces se hacen gestas que pasan desapercibidas para el resto del mundo, como la del ex portero de F.C. Barcelona Carlos Busquets.
Carlos Busquets fue el portero culé en la década de los noventa con Cruyff en el banquillo y paso de ser el eterno suplente a titular.
Este hombre aparte de ser conocido por sus estrafalarios chándales y de parecer más un portero de balonmano que de fútbol, realizo una de sus más portentosas paradas en su propio domicilio encontrándose en casa con su hijo pequeño Aitor.
Carlos Busquets fue el portero culé en la década de los noventa con Cruyff en el banquillo y paso de ser el eterno suplente a titular.
Este hombre aparte de ser conocido por sus estrafalarios chándales y de parecer más un portero de balonmano que de fútbol, realizo una de sus más portentosas paradas en su propio domicilio encontrándose en casa con su hijo pequeño Aitor.
El suceso fue el siguiente: Una plancha caliente cayó y estuvo a punto de hacerlo sobre su hijo, pero Busquets con sus grandes reflejos de guardameta, se lanzo como un gato hacia la plancha deteniéndola antes de que impactara en el pequeño, salvando a su hijo. Eso si las quemaduras que se produjo en ambas manos fueron tales que el portero del Barça no pudo estar presente en el siguiente compromiso liguero de su equipo frente al Tenerife el 12 de noviembre de 1995.
¡Lo que no se haga por un hijo!
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