jueves, 29 de agosto de 2013

CAPUANO: PERO… ¿ENTRÓ O NO ENTRÓ?

Los porteros suelen ser tipos solitarios e incomprendidos, alguno incluso les llama raros o locos (afortunadamente cada día menos). Es el único jugador del campo  que de inicio le da al menos un punto al equipo si consigue mantener su puerta a cero. Suelen decidir partidos por una razón u otra, bien por su acertado trabajo o bien por todo lo contrario. Saben de la importancia de su puesto. Lo cierto es que si fallan se nota bastante más que si lo hacen sus compañeros. Rara vez cuentan con ellos para los premios individuales y un borrón puede manchar todo un trabajo inmaculado en un partido. Somos más dados a recordar al guardameta por sus errores que por sus aciertos.

Para haceros ver lo que significa ser portero hay una anécdota muy significativa que nos lleva a Brasil. En la década de los años cuarenta el guardameta argentino Ángel Capuano jugaba en el Santos y tuvo la mala fortuna en una acción fortuita del partido de chocar con la rodilla de un delantero rival, llevándose un golpe terrorífico en la cabeza. Capuano fue sacado del campo inconsciente y permaneció en coma ocho días. Afortunadamente se recuperó y lo primero que pregunto nada más despertarse fue: “Ha sido gol”. Profesionalidad ante todo y dura la profesión de portero.



RAMALLETS, ALGO MÁS QUE UN MITO

Hace muy pocos días nos dejó Antoni Ramallets, a la edad de 89 años. El mítico portero catalán cuenta en su palmares con seis ligas y cinco Zamora, igualado únicamente por otro gran guardameta barcelones, Víctor Valdés.

A lo largo de su dilatada carrera como cancerbero nos dejó innumerables anécdotas que voy a intentar recoger en este blog.

Llego a la portería casi por accidente ya que de pequeño confeso que no le gustaba nada correr, ademas era gordito y cuando jugaba en la calle con sus amigos estos le decían: "Este, que no le gusta correr, que se ponga de portero. Además, es gordo y así tapará más la portería".

Dice la leyenda que Ramallets tenía un espejo junto al  palo derecho para comprobar que no se había despeinado después de cada estirada. Era bastante presumido.

Una cosa muy curiosa y que dice mucho de la popularidad del guardameta, es que: En una ocasión le llegó una carta proveniente del extranjero donde sólo había escrito "Ramallets-España" y el dibujo de una portería de fútbol. Por supuesto le llego.

Siempre repetía el mismo ritual antes de comenzar los partidos: se acercaba a la portería, levantaba la mano haciendo un saludo y lanzaba al interior de la red los guantes y la gorra.

En 1954, cuando estaba en la cima de la popularidad, participó junto con Josep Samitier a la película 'Once pares de botas' de Francisco Rovira-Beleta.

Una de las primeras cosas que hizo el controvertido técnico Helenio Herrera cuando llegó al Barça en 1958 fue decirle a Ramallets: "Unos directivos que no tienen ni remota idea de fútbol me han dicho que tenemos que buscar un portero, que tú te estás haciendo mayor. ¿Qué les contesto? "Ramallets le contestó: "Que es verdad, que no tienen ni remota idea." Entonces 'HH' sacó una lista de cuatro porteros y la hizo añicos.

A partir de los años setenta, ya desvinculado de manera definitiva del mundo del fútbol, trabajó como funcionario en un banco hasta su jubilación. Y fue así como a menudo iban a la entidad bancaria seguidores azulgranas que con la excusa de hacer pequeñas operaciones financieras o pedir información se dedicaban a charlar con su ídolo.

La cualidades como porteros y todo su anecdotario darán para escribir varios libros.


Fotos: GOOGLE