sábado, 29 de enero de 2011

CARCER, EXPULSADO POR SU HERMANO

En un partido entre el Athletic Club y el Racing de Madrid, el guardameta rojiblanco, Juan Carcer, fue expulsado por su hermano.
“…Los ataques a la puerta de Carcer se sucedían sin interrupción. Con un exceso de ardor que degeneraba en suciedad. Juanito, que tiene muy malas pulgas, se disgusto por tan cruentos ataques, puso en práctica un originalísimo sistema de parada: dar con toda la boya en el “vacio” del delantero atacante. Y se armó.
Carcer al oírse insultar gravemente por un espectador, se lio a torta limpia o sucia, que en eso no están de acuerdo los comentadores. Se echaron las masas al redondel, mediaron partidarios de uno y otro lado y, en unos pocos minutos, se repartió una respetabilísima cantidad de leña. Un guardia y medio, que era todo el servicio de seguridad que había en el campo, intervinieron a última hora en calidad de Currros Melojas.

El penalti con que fue castigada la “gracia” de Carcer fue convertido en “goal”. Paso a la portería Agüero, pues Juanito fue expulsado del campo por el “refere”, que era su hermano Antonio”.



En la foto de arriba vemos a Juan Carcer señalado por una cruz. Tuvo una gran carrera deportiva, llegando a ser guardameta de Real Madrid (Racing de Madrid, 1911-1915) y del Atletico de Madrid (Athletic Club, 1916-?) y entrenador del Real Madrid (1920-1925).
En la de abajo su hermano Antonio es el arbitro de la izquierda, que llego a ser un gran "refere" de fútbol consiguiendo llegar a pitar partidos internacionales.
Fuentes: Anecdota extraida del libro: Historia del Atletico de Madrid y las fotos y algun comentario de: http://www.supercable.es

domingo, 2 de enero de 2011

BEGUIRISTÁIN, EL HÉROE

Fue en un partido contra el Racing de Madrid donde ardió Troya. Dieste, jugador del Madrid , arbitró el encuentro. Señalo un penalti contra el Athletic de Madrid y Beriguistáin lo paró. El colegiado indicó que se repitiera el lanzamiento al considerar que los jugadores rojiblancos no habían guardado la distancia reglamentaria. Lo volvió a detener el portero athletico. Desde ese momento, a la mínima jugada que hiciera el Racing, el publico pedía penalti. A los pocos minutos, el juez de la contienda castigó al Athletic Club con otra pena máxima. Beguiristáin se cruzó de brazos y dejó entrar el balón. Quintana cogió el balón del fondo de la red y se lo arrojó al árbitro. Al ser expulsado Quintana sus compañeros se fueron con él hacia el vestuario. Los aficionados no sólo protestaron airadamente, sino que reclamaron el importe de sus localidades.

Julian Ruete intento poner calma, mientras los guardias comenzaron a desalojar el invadido terreno de juego por un gran número de irascibles aficionados. Ruete corrió hacia la caseta del Athletic y convenció a los jugadores para que regresaran al campo. Al reanudarse el encuentro, Dieste señaló un tercer penalti contra los rojiblancos. Beguiristáin el héroe del encuentro, atrapo el balón y lo lanzo por encima de la valla hacia la calle y enfiló el camino  de los vestuarios. Ahí finalizo el incierto y accidentado choque con triunfo de Racing (2-1), que conquisto la Copa Espuñes. El árbitro, Dieste, abandono el rectángulo de juego recibiendo una larga serie de improperios.


Hay que destacar que en 1920 (cuando suceden los hechos) el club del Manzanares era una sucursal del Athletic Club de Bilbao, por eso mantenía el nombre de Athletic en lugar de Atlético como es conocido ahora, posteriormente paso a llamarse Atlético de Aviación, pero eso ya es otra historia.

Anécdota extraída del libro: Historia del Atlético de Madrid (Pasión en rojo y blanco) de Luis Miguel González Gómez y publicado por EVEREST.