viernes, 30 de marzo de 2012

CUANDO A GOICOLEA LE ARRESTÓ LA GUARDIA CIVIL

Francisco Javier Goicolea Areitio, nació en Durango (Vizcaya) el 10 de febrero de 1927. Conocido como "Goicolea", aunque entre sus amistades era más conocido como "Pachi".

Fue un portero que apuntaba a ser uno de los grandes, posiblemente solo le falto algo de suerte.
Empezó a jugar al fútbol en el Colegio de los Hermanos Maristas, para ingresar en el CD Durango que militaba en la 3ª División, contaba con apenas 17 años.

Al poco tiempo se le ofreció fichar por el CD Alavés sin cambiar de ficha, para eso debía ofrecerse como voluntario para realizar el servicio militar. Estando en el  servicio militar, Helenio Herrera le ofrece ir al Real Valladolid, y creyendo que era lo más fácil del mundo se traslado a una pensión de Valladolid. Lo curioso del caso es que Goicolea desconocía  que estando en la “mili” no podía cambiar de provincia al estar rebajado del servicio como profesional del fútbol. Así que hasta las puertas de aquella pensión de Valladolid se persono la Guardia Civil para llevárselo detenido a Vitoria. Jugaría en el Alavés hasta el final del servicio militar.

Después de todo este periplo le ficharía el FC Barcelona, pero acabaría jugando en Condal, filial de la entidad blaugrana.

miércoles, 28 de marzo de 2012

EL SECRETO DE YASHIN

Lev Yashin tapabala portería sin dejar ni un agujero. Este gigantón de largos brazos de araña, siempre vestido de negro, tenía un estilo despojado, una elegancia desnuda que desdeñaba la espectacularidad de los gestos que sobran. Él solía parar los disparos fulminantes alzando una sola mano, tenaza que atrapaba y trituraba cualquier proyectil, mientras el cuerpo permanecía inmóvil como una roca. Y sin moverse, también podía desviar la pelota con sólo echarle una mirada, o eso se decía, el miedo del delantero es libre.

Se retiró del fútbol varias veces, siempre perseguido por las aclamaciones de gratitud, y varias veces volvió. Otro como él, no había. Durante más de un cuarto de siglo, el guardameta ruso detuvo más de cien penaltis y salvó quién sabe cuántos goles hechos.

Cuando le preguntaron cual era su secreto, respondió que la fórmula consistía en fumarse un cigarrillo para calmar los nervios y echarse un trago fuerte para entonar los músculos.

viernes, 23 de marzo de 2012

A IRIBAR LO FICHARON POR COMIDA Y PENSIÓN

José Ángel Iribar era un mocetón alto y fuerte como un roble, quizá debido a su trabajo continuo en el caserío familiar “Makatxa” en Zarautz. Sus primeras estiradas fueron en el patio de la Escuela de Misericordia, luego en los torneos playeros con el Salleko, hasta que a los 15 años se incorporó al juvenil del Zarautz.

 Jugando en el Zarautz, fue a probar suerte con la Real Sociedad, pero tuvo un día horrible y se desestimo su fichaje, así que ya se temía lo peor, que acabaría de tornero como quería su padre.

Pero el azar se acordó de él, y un día mientras descargaba hierba con su aita, un futbolista del pueblo se presentó a decirle que en el Baskonia (entonces en segunda) estaban buscando porteros. Por aquel entonces José Ángel tenía 18 años. Su padre lo miro y le dijo que se dejase de bobadas y siguiera descargando hierba. Era el único hijo varón y se le necesitaba para ayudar en el caserio.

La cabezonería de Iribar hizo que se formara una reunión familiar  y con el apoyo de su ama y sus cinco hermanas hizo el petate y se marcho a Basauri a ver que pasaba. Era la primera vez que el espigado chaval cruzaba Bizkaia, con los temores normales de su bisoñez. No iba a ser fácil. Pero la experiencia mereció la pena ya que gracias a Gainza ficho al final por el Baskonia. Lo hizo por una temporada, a cambio de comida, pensión y cinco duros de prima por partido ganado, que cobraba en un talón.

A raíz de unas eliminatorias de Copa en las que el Baskonia eliminó a todo un Atlético de Madrid con una actuación estelar por parte de Iribar, muchos equipos de Primera se interesaron por el; Valencia, Barcelona y Elche parecía que se lo iban a rifar. Pero entro en liza el Athletic Club, que tenia trato preferencial con el Baskonia. Soltó encima de la mesa la friolera de un millón de pesetas. Cifra record en la época, ya que nunca habían pagado tanto a ningún jugador. Así fue como Iribar se vistió de rojiblanco.

De cobrar solo la manutención y la cama pasó a percibir 250.000 pesetas de ficha y un sueldo de 5.000 pesetas mensuales. Todo lo demás ya lo conocemos.

lunes, 19 de marzo de 2012

LA PORTERÍA MALDITA DE BRASIL

No es la primera vez que hablo en esta página sobre Moacyr Barbosa; ¿Os acordáis del portero maldito de la final en Maracaná, que perdió Brasil? De él se pueden contar muchas anécdotas, pero casi todas desagradables. Esta pagando hace tiempo por algo de lo que el solo no tuvo la culpa. En realidad nadie tuvo la culpa, el fútbol es así y pasan cosas como esta.

Corrían los años 80 cuando en vísperas de una remodelación del estadio Maracaná, el administrador le regalo a Barbosa la portería al completo del fatídico gol que condeno a los brasileños. Antes de comprobar si se trataba de un gesto afectuoso o de alguna otra coña (se las hicieron de todos los colores al pobre), llevo a su casa a los pocos amigos que le quedaban y sin mas miramientos le prendió fuego a los postes, todavía pintados de blanco, para así hacer un pequeño exorcismo y librarse de aquella portería que trajo por la calle de la amargura toda su vida. Luego remato la faena con una buena barbacoa.

Aun tiene alguna anécdota más:

Pasados "tan sólo" 44 años del Mundial 1950 Moacyr Barbosa, arquero brasileño durante el torneo, ya viviendo de favor en la casa de una cuñada y sin más ingresos que una jubilación miserable, fue a la concentración de Brasil a brindarles aliento y a desearles suerte a los jugadores que se preparaban para el Mundial de EE.UU. 1994. Pero esto no le fue posible, las autoridades le prohibieron la entrada: no sea cosa que traiga mala suerte.


Como veis este hombre estuvo sufriendo hasta el final de sus días el gol maldito que condeno a Brasil a perder un Mundial en su casa.

miércoles, 14 de marzo de 2012

UN FUMADOR EMPEDERNIDO LLAMADO ZAMORA

Debutó en primera división a los dieciséis años, cuando todavía vestía pantalones cortos. Para salir a la cancha del club Espanyol, en Barcelona, se puso un jersey inglés de cuello alto, guantes y una gorra dura como un casco, que iba a protegerlo del sol y de los patadones. Corría el año 1917 y las cargas eran de caballería. Ricardo Zamora había elegido un oficio de alto riesgo. El único que corría más peligro que el guardameta era el árbitro, por entonces llamado el Nazareno, que estaba expuesto a las venganzas del público en campos de fútbol que no tenían foso ni vallas. En cada gol se interrumpía largamente el partido, porque la gente se metía en la cancha para abrazar al goleador e incluso chutar el balón

La misma vestimenta de aquella primera vez, se hizo famosa, a lo largo del tiempo, la estampa de Zamora. Él era el pánico de los delanteros. Si lo miraban, estaban perdidos: con Zamora en la portería, la porteria encogía y los palos se alejaban hasta perderse la vista.


Lo llamaban el Divino. Durante veinte años, fue el mejor guardameta del mundo. Ademas de ser un gran rompecorazones, le gustaba el coñac y fumaba tres paquetes diarios de cigarrilos y algún que otro puro habano.

Fuente: Eduardo Galeano

EL PORTERO QUE DEBUTÓ CONTRA SU PADRE

Sergio Galarza nació en La Paz (Bolivia)el 25 de agosto de 1975.

Desde muy pequeño a Sergio Galarza le gustaba el balón. Siempre solía acompañar a su padre Luis, por aquel entonces portero de The Stongest. Le seguía a los partidos y entrenamientos. Lo que nunca pudo sospechar que de tanto ver a su progenitor entre los tres palos a él también le llegaría el veneno que acompaña a tantos en la portería. Otra cosa que no sospecho nunca es que llegaría a ser el portero que más tiempo defendería una portería, ya lleva 20 temporadas en el cargo. Ahora juega en el Blooming y ya ha superado a su padre en temporadas en activo.

A los 15 años decidió seguir los pasos de su padre y convertirse en portero de tanto acompañamiento en sus continuos viajes por el país Sergio decidió entrenarse en serio y ser arquero.

Lo gracioso del caso es que cuando por fin llego su debut en Primera División, el 1 de septiembre de 1993, en un encuentro entre Metalsan y Wilstermann, lo hizo contra… su padre, que a esas alturas ya era un grande del fútbol boliviano.

La noche anterior los dos equipos estaban concentrados cada uno por su sitio, menos los Galarza que lo hicieron en su casa, retándose el uno al otro. Su padre al día siguiente se levanto con una gran hinchazón en el carrillo, según el por un problema con las muelas, peligrando así su participación en el aquel histórico partido; finalmente se recupero y pudo jugar. Al finalizar el choque con victoria para el equipo de Luis (1 – 0), le confeso que fueron los nervios por la tensión del partido que tenían que disputar el uno contra el otro.
La técnica que sabía Sergio la heredo de su padre, al igual que todas las artes del guardameta. Ambos jugaron en distintas épocas en la selección nacional. Aunque su padre nació en Paraguay, se nacionalizó boliviano.

Coincidieron en activo tres temporadas, en las que Sergio nunca pudo ganar a su padre.

lunes, 5 de marzo de 2012

¡DEFENDIENDO LA PORTERÍA DEL EQUIPO CONTRARIO!




Una de las historias más absurdas del fútbol sucedió entre los equipos caribeños de Barbados y Grenada. En un partido de competición de Copa, la Shell Caribbean Cup y retransmitido por TV, en el que se enfrentaban estos equipos, acabaron cambiándose los papeles, es decir: los jugadores de Barbados defendiendo la portería de Grenada de sus propios jugadores, que intentaban marcar en su propio marco. 

Y aunque parece casi kafkiano, esta situación era consecuencia de la normativa del torneo. Concretamente de una regla que establece que si se llega a los penaltis, al vencedor se le da una victoria por 2 a 0. Justamente Barbados necesitaba ganar por una diferencia de 2 goles para clasificarse y pasar a la siguiente ronda. Faltaban cinco minutos del final cuando el resultado era favorable a Barbados, pero por 2 a 1, resultado con el que quedaban eliminados del torneo. Los jugadores viendo que no conseguirían marcar otro gol, se marcaron un gol en propia puerta, de manera deliberada, para empatar el partido y forzar los penaltis. Los de Grenada estaban completamente alucinados al igual que la mayoría de público y televidentes. Pero los jugadores de Grenada se dieron cuenta de lo que intentaban y intentaron también marcarse un gol. Entonces los de Barbados se pusieron a defender también la portería rival para evitar el autogol.

Los últimos cinco minutos son para la antología del fútbol. Y es que los alucinados espectadores presenciaron el increíble espectáculo de ver a un equipo defender la portería del rival del otro equipo que intentaba conseguir un autogol. El desenlace: finalmente se llegó a la tanda de penaltis y el equipo de Barbados se salió con la suya: ganó en la tanda, consiguió el 2-0 y se clasificó.


DE PUTAS, SANTOS Y ARQUEROS

El vocablo arquero, referido al portero de fútbol o guardameta, resulta de lo más familiar para el aficionado a este deporte. Empleada con profusión en Sudamérica, donde parece localizarse su origen, la palabra se escucha con naturalidad por parte de hispanohablantes de ambos lados del océano.

Sin embargo, parece evidente, el portero defiende un rectángulo vertical configurado por tres palos y una raya de cal, estructura que, en principio, no puede catalogarse como arco, a no ser que el hincha tenga los necesarios conocimientos en materia arquitectónica como para poder relacionar el larguero de la portería con un arco adintelado, esto es, un conjunto de dovelas que estructuralmente trabajen como un arco bajo una envolvente recta, sistema que, en todo caso, nada tiene que ver con dicho travesaño más allá de las apariencias.

No parece, sin embargo, que la designación de la meta como arco, provenga de este terreno, sino más bien, de las semejanzas entre los distintos tipos de puertas, adinteladas o en forma de arco, que el periodista y el aficionado conocen. Indagaremos, pues, en este asunto, sirviéndonos de las herramientas que nos brinda la etimología.

Es precisamente una puerta lo que el arquero-portero defiende, con objeto de evitar que el balón penetre en ese plano vertical por ella delimitado. El portero, a veces llamado cancerbero en un guiño a la mitología clásica, situado “bajo los palos”, desarrollará su trabajo del mismo modo que en la antigua Roma, las prostitutas se ubicaban en los soportales porticados de la ciudad. Bajo el arco o fornix, las meretrices ofrecían sus servicios y permanecían -fornicaban- guarecidas y enmarcadas por aquéllos, componiendo una estampa figura-fornix, que la arquitectura emplearía con frecuencia en los templos. En efecto, las figuras de bulto de las deidades, dioses y vírgenes, quedan resguardadas en hornacinas, palabra derivada del fornix latino, bajo el que se situarían esas mujeres tan libres de mácula como plenas de fertilidad. Será con la llamada inversión teológica, cuando vírgenes y santos comiencen a desaparecer de la nueva arquitectura, que ya no gravita sobre númenes, sino sobre hombres que destacan en unas sociedades lanzadas a la industrialización y cada vez más distantes de los valores tradicionales de lo sagrado.

Pese a todo, la terminología religiosa sigue impregnando el lenguaje, incluso el deportivo, dando lugar a la etiqueta de “santo” que sirve para referirse a ciertos porteros especialmente brillantes. Las connotaciones morales negativas que iban ligadas a los citados arcos, también parecen sobrevivir y, del mismo modo que éstas eran encarnadas por la prostituta que se exhibía en el fornix, el portero que en el fútbol moderno no sale de su arco,-amenazado metafóricamente por la posibilidad de que se le caiga encima el larguero-, recibe críticas por su estatismo fornicatorio, contrario a un estilo que el propio reglamento, el que prima el juego con los pies, impulsa.

Fuente: Iván Vélez Cipriano para: http://www.cihefe.es

1957, EL OTRO MANCHESTER UNITED – ATHLETIC DE BILBAO

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que el Manchester United juega en Old Traford contra el Athletic Club esta semana en la Copa de la UEFA y el desplazamiento masivo de Bilbaínos a Manchester (se estima que 8000 hinchas), da pie a una anécdota acontecida en el anterior encuentro que lidiaron ambos equipos y a contar la que me envía mi amigo Iñaki Azkarraga sobre el anterior viaje de la hinchada en 1957 a las islas de la “Pérfida Albión” (como les llamo a los ingleses el inimitable Matias Prats). Aunque la anécdota no trata más que de los porteros que se pudieron encontrar nuestros protagonistas en los garitos que fueron cerrando me parece muy curiosa y la coloco hábilmente en este blog.

Recogida en el libro de José Manuel Sánchez Tirado; “ADIOS AL BILBAO QUE SE NOS FUE” cuya portada ilustra esta entrada.

Los susodichos prepararon una buena, con una despedida multitudinaria en el muelle, como si fuesen a la guerra. Y el sucedió dice así:

"Bilbaínos chirenes como los que en 1957 cargaron un barquito pesquero con comida y bebida y dijeron solemnes que zarpaban rumbo a Manchester a ver jugar al Athletic y soltaron amarras. Se dieron una vuelta por el Abra y poco más, y a la noche atracaron en Santurce y pasaron toda la semana comiendo y bebiendo, sin dar la menor señal de vida ni en Manchester ni en Bilbao".

Me imagino que la preocupación de sus amigos y familiares fue mayúscula. Y que nuestros protagonistas, seguramente se marcharon de algún sitio de los muchos que visitaron... más tarde que el portero.

viernes, 2 de marzo de 2012

EL "PAJARITO" EMERY

La saga de los Emery daría para escribir muchas páginas y más de un libro por su luenga historia.

Antonio Emery, el que nos acontece ahora a la memoria, fue el que inicio la epopeya. Hermano de futbolista, padre de portero y abuelo de entrenador. Un guardameta que no iba para tal, ya que empezó jugando de extremo izquierda, pero que los avatares del destino convirtieron en portero cuando el titular del Real Unión, Muguruza se lesiono y tuvieron que echar mano de el para ocupar la portería, que ya nunca abandono.

Un portero de  otra época. Una época en la que prevalecía el barro y el moratón del encontronazo con algún rival más aguerrido. Cuando las victorias se contaban por los cardenales que te llevabas a casa. Nacido a principios del siglo pasado, concretamente en 1905. Sus logros solo tenían eco en la prensa. Prensa, que por supuesto, muy poca gente se podía permitir.

Antonio Emery Arrocena era más de comer angulas que de entrenar con sus compañeros. Pero buen guardameta al  fin y al cabo, que dignificaba su corta estatura (alrededor de 1,70 con los medidores de la época) con mucha agilidad.

Apodado “Pajarito Emery” . Apodo que todo el mundo creía que le venia de lo bien que volaba cuando saltaba a por la pelota, pero que con el tiempo confesó; que le llamaban así por que se lo puso el equipo el día de su debut en Santander, ya que les relato que había dejado de ir a una comida de pajaritos por el dichoso partido.


Aunque hoy en día parezca mentira (dados los sueldos que ganan los señores futbolistas), Emery trabajaba en el ferrocarril, ya que en toda su vida deportiva (según sus palabras) solo gano 550 pesetas.

Nunca pudo ir a la Selección española, aun mereciéndoselo, ya que su padre era francés y la legislación de la época no lo permitía. Mas tarde cundo esta ley se derogo apareció un tipo llamado Zamora que se lo impidió.

Y por ultimo, tiene el dudoso honor de haber encajado el primer gol de la historia en primera división a manos de Pitu Prat del Español.

Todo un anecdotario merece este personaje.

Su nieto Unai Emery entrena hoy al Valencia.

EL “CAN” CERBERO QUE SALVO AL MANCHESTER

A los porteros ademas de guardametas también se les llama cancerberos por su similitud con el perro Cerbero que guardaba las puertas del Hades en la mitología, y esta es la historia de uno de ellos; aunque en este caso solo se queda en can.

Eran otros tiempos y el ahora poderoso Manchester estaba completamente "pelado". Corría el año 1901, por aquel entonces se llamaba Newton Heath y ocupaba las últimas plazas de la Segunda División.

La situación económica era tan grave que los jugadores montaron una tómbola para recaudar dinero. El capitán del equipo prestó a su perro, un San Bernardo, para que se paseara con una caja colgada del cuello, animando a la gente a depositar allí sus monedas.

El perro se extravió y fue a parar a la casa de un empresario de Manchester, John Davies, que se encaprichó con él. A pesar del cariño que le había tomado, quiso averiguar quién era su antiguo amo y así se topó con Harry Stanford, el capitán del equipo. Éste le contó la penosa situación del Newton Heath, al borde de la bancarrota. Y en un gesto de buena voluntad movida por su amor hacia el perro, Davies se comprometió a aportar dinero a cambio de la Dirección General del Club, que tras una restructuración adoptó el nombre de Manchester United.

Así fue como Davies se convirtió en el primer Presidente del Manchester... gracias a un perro.

jueves, 1 de marzo de 2012

DI STEFANO A SU GUARDAMETA

 
Nadie duda de la notabilísima calidad como futbolista que atesoro Alfredo Di Stefano a lo largo de su carreara deportiva, al igual que como buen argentino, de su incontenible verborrea.

Una vez que abandonado el fútbol en activo se decanto por entrenar y allá por la temporada de 1969/70 siendo entrenador del Valencia CF, contaba en sus filas con un guardameta llamado Pesudo. 

José Manuel Pesudo era un guardameta tranquilo, buena planta para portero, conocía bien el oficio y lo ejercía si aspavientos. De tarde en tarde también encajaba algún gol verbenero, pero lo encajaba como gajes del oficio.

En una de estas el bueno de Di Stefano, después de una cantada en la que el portero se introdujo el balón en su portería (lo que habitualmente se llama un autogol), le grito desde la banda: "No te pido que atajes las que vayan dentro, pero por lo menos no te metas las que vayan fuera”. Seguro que añadió algo más pero nadie lo recogió en la época.


Una frase que quedaría en los anales de la historia balompédica y nos deja bien claro el genio del argentino.