Jorge D'Alessandro, leyenda de la portería del Helmantico, todo
un mítico del Salamanca, entrenador y tertuliano habitual en diferentes medios
en la actualidad, se caracteriza por decir las cosas como son, “Al pan pan y al
vino, vino”. No es la primera vez que el bueno de Jorge aparece en estas páginas,
aunque fuera por una desgraciada lesión en la que perdió un riñón, aunque esto
no le aparto del fútbol. El argentino “Genio y figura hasta la sepultura”.
El buen guardameta rozó varias veces el “Trofeo Zamora” que
otorga el diario “Marca” al portero menos goleado y solo unas complicadas reglas
le apartaron de él.
Os pongo al día, bueno no, os pone Pablo Díaz, ya que no
tengo muchas ganas de trabajar y hago un “copio pego” sin sonrojo alguno:
“En el primer año del Salamanca en Primera División
(temporada 74/75) con D'Alessandro recién aterrizado procedente de San Lorenzo
de Almagro, el conjunto charro logra su mejor clasificación histórica, un
séptimo puesto, y sorprendentemente, el 'Gordo' , como le apodaban en
Argentina, acaba como uno de los menos goleados de la Liga, optando a un Trofeo
Zamora, cuyas reglas del momento le apartan de él.
D'Alessandro había encajado 33 goles en 34 partidos (0,97 de
coeficiente) -todos los de una Liga con 18 equipos-, mientras que el cancerbero
del Barça Salvador Sadurní había recibido 19 en sólo 22 partidos disputados
(0,79). Pedro Mari Artola, de la Real, fue segundo con 25 goles encajados en 27
encuentros (0,92). Con las reglas implantadas por MARCA a partir de 1983 (con
la exigencia de disputar al menos 28 encuentros de 34 posibles para optar al
trofeo), D'Alessandro habría sido el Trofeo Zamora de ese año.
Más doliente quizá fue el mismo caso dos temporadas después,
en la 76-77. Con un Salamanca que acabó en la duodécima posición, el argentino
fue capaz de colarse de nuevo entre los porteros más seguros, pero volvió a
tropezar con las reglas del trofeo. Miguel Reina, portero del Atlético de
Madrid, recibió 29 goles en 30 partidos (0,966), si bien en uno de ellos apenas
disputó 55 minutos. D'Alessandro, por su parte, jugó 31 completos y encajó 30
goles (0.967). En las reglas del Trofeo no se especificaba nada sobre los
minutos necesarios para que se computase el encuentro, por lo que a Reina, el
partido incompleto se lo contó como uno más, posibilitando que esa pequeñísima
diferencia de coeficiente le otorgase el trofeo”.
No solo los Zamoras le fueron esquivos al argentino, sino
que además las lesiones se cebaron en él. Al ya relatado encontronazo fortuito con
el delantero del Athletic Club Dani, que le costó el ya citado riñón, se le unió
otro años después con el del holandés del Real Madrid Jhonny Metgod, destrozándose el
menisco y el ligamento cruzado externo, y aunque otra vez se recuperó y volvió al
equipo -impresionante- había perdido la titularidad y ya no la recuperó, así
que esta vez sí, abandono el fútbol al final de aquella temporada.
Quiero agradecer a Pablo Díaz y a su fenomenal, divertido,
curioso e instructivo blog: “LA LIGA HECHA UN CROMO”, los asaltos que últimamente
le estoy haciendo para completar anécdotas porteriles. Todas ellas muy jugosas.
No tiene desperdicio su bitácora.
¡Os recomiendo que os paséis por allí!
Fuente: LA LIGA HECHA UN CROMO
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