Esto la verdad es que no tiene que ver mucho con los porteros
aunque les afecte de la misma manera que a los demás jugadores de campo. El
caso es que hoy no tenia muchas cosas que contaros sobre guardametas, así que navegando
por Internet he encontrado tres anécdotas curiosas que creo que os van a gustar (a
falta de pan buenas son tortas).
SOBRE LOS “HINCHAS”
La denominación "Hincha" tiene su origen en
Uruguay a principios del siglo XX. En aquellos tiempos cuentan que el fútbol era
algo más calmado que el de ahora mismo, vamos que los seguidores no eran tan
ruidosos. Pero resulta que en el Peñarol de Montevideo el encargado de hinchar
los balones, el "hincha" (así se les llamaba), se pasaba todo el
partido jaleando a su equipo con grandes voces y aspavientos. De esta manera se
asimiló el cargo de este personaje con el comportamiento de los ruidosos
seguidores de los equipos de fútbol.
SOBRE LOS “CULES”
Culé viene de culo. A los aficionados del F.C. Barcelona se
les llama culés, porque según cuenta la historia el campo de “Las Corts” se
ponía a rebosar cada partido, de manera que no quedando sitios en la grada los
espectadores se sentaban en las tapias y se veían desde el exterior una fila de
culos que asomaban hacia la calle. De aquí parece ser que viene el apelativo.
DE LOS ÁRBITROS
A los árbitros siempre se les nombra en España por sus dos
apellidos, Andújar Oliver, Álvarez Margüenda, Urío Velázquez, Pino Zamorano….
Pero no siempre fue de esta manera.
A los colegiados se les llamaba por su primer apellido, y se
podía leer en las crónicas de los periódicos deportivos o escuchar en la radio
"Pérez tuvo una mala actuación o García estuvo correcto", pero hace
unas décadas hubo un colegiado de apellido Franco que tuvo una tarde nefasta.
Esto ocurrió en la dictadura, así que, a ver quién era el
guapo que tenía bemoles de radiar o escribir "Franco estuvo desacertado,
Franco se equivocó constantemente o Franco no da ni una". La solución que
tomó la prensa fue la de nombrar al trencilla por sus dos apellidos y al no
haber lugar a confusión podían ponerlo a caldo sin riesgo de acabar delante de
un tribunal con juez togado y fiscal.
Fuente: http://www.elpollourbano.net
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