Sucedió en Pontevedra en el “Estadio Municipal Pasarón”. Era
la segunda jornada de Liga y el partido había terminado 3-0 para los de casa y
el Athletic se marchó cabizbajo a las duchas. Iribar no iba contento, tres
goles son muchos goles para un portero. En aquel entonces el Pontevedra era un
equipo muy bueno con varios internacionales en sus filas, no en vano acuñaron
la frase “Hai que roelo” ya que estuvieron mucho tiempo primeros en la tabla
clasificatoria y era prácticamente imposible ganar en Pasarón.
Ye en un vestuario recién estrenado con baldosas de cerámica,
una de las duchas se rompió al entrar “el chopo”, con tan mala suerte que se
hizo un corte muy profundo que tuvieron
que atender en el mismo estadio. La tardanza en la cura de Iribar, hizo que
todo el equipo se retrasara y la Guardia Civil tuvo que escoltarles a Chamartin
a coger un tren que se les escapaba. Desde allí iban a Venta de Baños donde les
esperaba el Autobús del Athletic para llevarles a Bilbao.
Ya en Bilbao fue tratado de sus heridas, pero tendría que
estar al menos cuatro semanas en dique seco. El siguiente partido contra el
Valencia jugó Echevarria, que también se lesiono por lo que luego jugaría en Córdoba
un jovencito Deusto al que sustituyo en San Mames Zamora o Zamorita como le
llamaban sus compañeros, que debuto también en este encuentro.
Una vez recuperado Iribar cogió otra vez el mando en el área
y no lo soltaría desde entonces.
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