Aprovechando el post anterior sobre Santiago Cañizares, me
viene a la cabeza otro suceso que para él no tuvo que ser tan gracioso. Estando
concentrado con la Selección Española le ocurrió un episodio muy desagradable
que le privó de poder jugar. Fue en Jerez una noche cuando faltaban 14 días
para el Mundial de Corea y Japón 2002. “Cañi” era el guardameta titular de
aquel equipo, pero no pudo jugar ni un solo partido ya que, según sus palabras,
cuando salía de la ducha se le cayó el frasco de colonia con tan mala suerte que al
romperse le secciono el tendón del pie derecho. ¡Grande era el bote!
Cañizares de todos es sabido que es un tipo presumido por
sus continuos cambios de look y cortes de pelo, pero ¿que le lleva a echarse
colonia antes de irse a la cama?
Todo esto dio pie a numerosas elucubraciones sobre el episodio:
Que si fue con una botella de ginebra, que si se lo hizo al intentar salir por
la ventana para una escapada nocturna y los más malos aventuran que se lo hizo depilándose.
En todo caso siempre quedara entre su compañero de habitación y él.
Más significativo fue lo que ocurrió a continuación, ya que
sin saberlo Cañizares le cedió el testigo a alguien que empezaría aquí a forjar
una leyenda en las porterías: Iker Casillas.
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