El 10 de julio de 1971 se dio una circunstancia cuando menos
curiosa. El Temperley y el Almirante Brown disputaban un encuentro en la
Primera B Argentina cuando en un ataque del Temperley el árbitro Teodoro Nitti
decreto penalti por el derribo del atacante. Hasta aquí todo normal, lo curioso
viene a continuación:
El resultado era 1-1 y el Temperley lanzaba para adelantarse
en el marcador; Lo lanzo Horacio Corbalán, y el tiro salió desviado. El arbitro
mando repetirlo ya que el guardameta Migueluchi se había adelantado.
Cambio el lanzador entonces; el encargado esta vez fue
Nicolás Bielandinovich, pero el portero volvió a adelantarse y detuvo la pena máxima;
el colegiado volvió a mandar repetir el lanzamiento y le mostro tarjeta
amarilla. Otra vez lo ejecuto Bieladinovich, Migueluchi se adelanto por tercera
vez y detuvo de nuevo el penalti. El arbitro índico repetir de nuevo la
ejecución y expulso al guardameta por doble amonestación.
Salió el suplente, Ricardo Tello ocupando la portería de
Almirante Brown; Bieladinovich lo lanzó
de nuevo pero esta vez el arquero lo detuvo sin adelantarse, sus compañeros
después de tal tortura le abrazaron alborozados y prosiguió el juego.
Resumiendo, el penalti se lanzo cuatro veces, pero entre dos
porteros consiguieron que no se materializara ninguno. El partido termino con
empate a uno.
Fuente: www.cuentosdelapelota.com
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