Nacido en Baracaldo, Raimundo Pérez Lezama fue un “niño de la guerra”, pues tuvo que ser evacuado a Inglaterra durante el conflicto de la Guerra Civil Española. De ahí trajo a su regreso innovaciones tales como realizar el mismo los saques con la mano o desde el suelo, en vez de hacerlo un defensa, como era costumbre en aquellos tiempos. La afición bilbaína, sin embargo, se desesperaba cada vez que le veía salir muy lejos de su marco para cortar un balón peligroso con los pies e, incluso, a jugar la bola, pese a que su fuerte era el despeje de puños. Lezama, que, todo se quede en su justo sitio, reconocía que “alguna vez se equivocaba”, sin embargo estuvo diecisiete temporadas prodigando sus “lezamadas”, buenas o malas defendiendo los colores del club de San Mames. Uno de los porteros míticos del conjunto rojiblanco del Athletic Club de Bilbao.
Fuente: Athletic, orgullo de una afición, de MARCA
No hay comentarios:
Publicar un comentario