Uno de los apelativos por los que siempre se le han conocido a José Ángel Iribar es el de “parapenaltis”. Pero el apelativo no nació como generalmente se cree en la selección nacional, pese a que en ella también se prodigo en la especialidad, sino cuando en el Torneo del Corpus de 1964, disputado en La Coruña, paro los cinco de una serie que le lanzo el deportivo. El, sin embargo, siempre lo negó: “solo pare cuatro, el quinto dio en el poste”. El primero se lo lanzo Escolá, flojo, y lo paró; el segundo también lo lanzo Escolá, mas fuerte, pero el “Txopo” volvió a ser una muralla infranqueable. El tercero lo lanzo Manín, colocado, y tampoco. El cuarto de Gonzalvo, también a sus manos y el quinto, de Veloso, se fue al poste. Desde luego teniendo a Iribar, el Athletic no debía preocuparse por ir empatando en una prorroga.
Fuente: “Athletic, orgullo de una afición” de MARCA
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