lunes, 26 de diciembre de 2011

CASILLAS NACIÓ ROJIBLANCO

Haciendo gala de mis habilidades para apropiarme del trabajo ajeno he descubierto una pequeña anécdota que los que somos de “aquí” ya intuíamos, ya que es muy difícil estar en Bilbao y no ser del Athletic Club.

Mis amigos me acaban de regalar el libro "Iker Casillas, la humildad del campeón" de Enrique Ortego, que os recomiendo leer ya que saca a la luz todo sobre el que hoy es considerado el mejor portero del mundo.

Un una de sus primeras fotografías, siendo muy niño ya vestía la camiseta del equipo de sus amores y del que su padre se declara hincha, la elástica del Athetic Club de Bilbao.

Su padre paso una larga temporada trabajando en Bilbao y es por eso que sus dos hijos pese a haber nacido en Madrid llevan nombres vascos, Iker y Unai.

Lógicamente cuando juega su hijo José Luis es del Real Madrid, pero después es del equipo rojiblanco.
Iker ya era del Athletic casi antes de nacer y se dio la circunstancia que su debut en Liga fue en San Mames, campo al que fue por primera vez con su padre en su tierna infancia a ver un Athletic-Real Madrid que ya marco su trayectoria para el futuro. Más difícil lo tiene con su hermano Unai que es del Barça.

Una anécdota muy curiosa es que cuando su madre estaba muy embarazada de él, no sabían si iba a ser niño o niña. Un día fue al Casco Viejo bilbaíno a comprarse unas botas en una zapatería. El dependiente entablo conversación con ella y le pregunto qué de donde era ya por su acento no parecía de Bilbao. Le contesto que de Madrid y que aunque llevaba tiempo allí por el trabajo de su marido, quería regresar a la capital para dar a luz en su casa. El comerciante muy elocuente le dijo que el bebe que espera va a ser niño y además futbolista y que si se quedaba a parir en Bilbao podría jugar en el Athletic y también en el Madrid, pero si se marchaba a dar a luz fuera ya solo podría jugar en el Madrid.

Futurólogo el amigo zapatero.

Fuente: El libro “Iker Casillas, La humildad del campeón”, de Enrique Ortego

jueves, 22 de diciembre de 2011

¿QUIEN SE COMIÓ LOS PASTELES?

Neville Southall nació el 16 de septiembre de 1958 en Llandudno, País de Gales. Debutó como profesional relativamente tarde, a los 22 años, en las filas del Bury. En 1981 llegó al Everton y allí estuvo hasta 1998, vamos, toda una vida. Después pasó por el Stoke City (un año) y por el Torquay United (dos años), para luego pertenecer a una larga serie de equipos en los que apenas jugó: Huddersfield Town, Bradford City, York City, Rhyl, Shrewsbury Town, Dover Athletic y por último, el ya citado Dangham & Redbridge FC, donde se retiró en 2002. En su palmarés tiene una Recopa, dos FA Cups y tres Community Shields. Con Gales jugó 92 partidos.

Southall no pudo demostrar su calidad en competiciones europeas después de 1985 por la famosa prohibición a los equipos ingleses tras la tragedia de Heysel.

Neville Southall ademas de ser el jugador galés con mas titularidades, poseer el record de partidos con la elástica del Everton (751) y que los aficionados de este equipo lo incluyeron en el equipo tipo de toda la historia del club, que antes de ser profesional fue camarero, carretillero y basurero, que a finales de los 80 estuvo a punto de fichar por el Manchester United y por el Real Madrid, que en sus últimos ocho equipos solo disputo un partido, que tras su retirada tuvo un pleito con su hija para que el devolviera sus trofeos, que es miembro de la Orden del Imperio británico y que se retiro a la tierna edad de 44 años.
Se le recuerda injustamente porque en los últimos años de su carrera alcanzo un notable sobrepeso y se convirtió en uno de sus principales rasgos de identidad. A cada campo que acudía le cantaban un típico himno de los campos ingleses, dedicados a los futbolistas, digamos, algo pasados de peso, que viene a decir: “Who ate all the pies?” (“¿Quién se comió todos los pasteles?”).

Su deseo de no abandonar el fútbol en activo le llevó a defender las camisetas de varios clubes pequeños con más de 40 años, afeando su carrera cuando en el año 2000, disputó un partido de la Premier League con el Bradford. Por aquel entonces Southall, con 42 años, era el entrenador de porteros del equipo dirigido por Paul Jewell, pero al mismo tiempo mantenía ficha profesional. Una extraña situación en la que los tres porteros que estaban por delante suyo se encontraban lesionados, le permitió salir de titular frente al Leeds United el 12 de marzo del año 2000, siendo el hazmerreír de sus propios hinchas por su nulo estado de forma y su abultada silueta ya que pesaba en torno a 105 kilos. Para más inri, el Bradford perdió aquel partido 2-1 y él falló en ambos goles recibidos.

Fuente: http://quefuede.blogia.com y http://www.futbolingles.es

miércoles, 21 de diciembre de 2011

LO COMPRARON POR ONCE BALONES Y JUGO CINCO MUNDIALES

Antonio (Tota) Carbajal es el único guardameta que jugó en cinco Mundiales de Fútbol: Brasil (1950), Suiza (1954), Suecia (1958), Chile (1962) e Inglaterra (1966), a pesar de que en ninguno de ellos su equipo, México, no paso de la primera ronda, será recordado por este hecho.

Su debut con la selección mexicana fué en los Juegos Olímpicos de Londres en 1950 y su primera aparición en un Mundial fue en la inauguración de Maracaná en la Copa Mundial de Brasil. Se retiro en el mítico estadio de Wembley en el Mundial de Inglaterra.
Otra anécdota curiosa es que en sus inicios fue portero en el Club Oviedo (equipo amateur) y fue vendido al Club España por… 11 balones.

Esta reconocido como el mejor portero del Siglo XX de la CONCACAF por la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol.

Es un portero record ya que también tiene como entrenador en la Primera división de México de dirigir más años a un mismo equipo; estuvo diez temporadas como director técnico del Atlético Moreira desde 1984 a 1994.

En la final de de la Copa Confederaciones de 1999, la FIFA junto con la Federación Mexicana le otorgó un gran reconocimiento a su carrera, quedando ubicado entre los 100 primeros jugadores históricos a nivel mundial.

lunes, 19 de diciembre de 2011

LA MEJOR PARADA DE BUSQUETS


A veces se hacen gestas que pasan desapercibidas para el resto del mundo, como la del ex portero de F.C. Barcelona Carlos Busquets.

Carlos Busquets fue el portero culé en la década de los noventa con Cruyff en el banquillo y paso de ser el eterno suplente a titular.

Este hombre aparte de ser conocido por sus estrafalarios chándales y de parecer más un portero de balonmano que de fútbol, realizo una de sus más portentosas paradas en su propio domicilio encontrándose en casa con su hijo pequeño Aitor.

El suceso fue el siguiente: Una plancha caliente cayó y estuvo a punto de hacerlo sobre su hijo, pero Busquets con sus grandes reflejos de guardameta, se lanzo como un gato hacia la plancha deteniéndola antes de que impactara en el pequeño, salvando a su hijo. Eso si las quemaduras que se produjo en ambas manos fueron tales que el portero del Barça no pudo estar presente en el siguiente compromiso liguero de su equipo frente al Tenerife el 12 de noviembre de 1995.

¡Lo que no se haga por un hijo!

miércoles, 14 de diciembre de 2011

EL DUELO DE LOS POETAS

Platko el "Oso Rubio de Hungría", mítico portero del Barça de los años 20 fue en su día inspiración de una famosa oda del poeta Rafael Alberti.

Si recordamos otro post del blog: Platko en Santander en un partido de final de Copa con las gradas a rebosar de gente, el cantante de tangos Carlos Gardel entre el público y los jugadores con esos calzones sobaqueros que se usaban por aquel entonces dispuestos a meter goles y partir tibias, tipos duros que no tenían reparos en meter la pierna en este juego de contacto llamado fútbol.

El guardameta choco con un delantero de la Real Sociedad al lanzarse a por un balón a sus pies, el ariete confundió su cabeza con el esférico, con el resultado de un montón de puntos de sutura en el cráneo rubio. Platko regreso al campo entre vítores de los aficionados  con un aparatoso vendaje (no existían los cambios en aquella época) y siguió jugando cual gladiador herido. Esto llego al alma de Alberti que iba con el Barça y le compuso el poema.

Aquí viene el desaguisado en forma de duelo poético: Gabriel Celaya a la sazón iba con la Real Sociedad y al leer el poema tan meloso ensalzando a modo de héroe mitológico a Platko no se pudo contener y contesto a Alberti con otro poema, pero más mirando al lado rudo de la competición y no dando por héroe al portero del Barcelona, denunciando que no fue el “Rubio” quien gano el partido, sino los penaltis escamoteados a la Real Sociedad, equipo que lucho con rabia, contra las patadas, el campo embarrado y un árbitro comprado (según palabras de Celaya).

El día que murió Gabriel Celaya todos los jugadores de la Real llevaron brazalete negro en señal de duelo. El poeta entrego a las letras toda su alma y al equipo “txuri urdin” toda su vida. Defendió su equipo con el entusiasmo de un chaval.

Los dos poemas enfrentados son los siguientes:


ODA A PLATKO (Rafael Alberti, España, 1902-1999)
Ni el mar,
Que frente a ti saltaba sin poder defenderte.
Ni la lluvia, ni el viento, que era el que más rugía.
Ni el mar, ni el viento, Platko,
rubio Platko de sangre,
Guardameta en polvo,
Pararrayos.
No, nadie, nadie, nadie,
Camisetas azules y blancas, sobre el aire.
camisetas reales,
contrarias, contra ti, volando y arrastrándote.
Platko, Platko lejano,
rubio Platko tronchado,
tigre ardiente en la hierba de otro país,
¡Tú, llave, Platko, tú llave rota,
llave áurea caída ante el pórtico áureo!
No, nadie, nadie, nadie,
nadie se olvida, Platko
volvió su espalda el cielo.
Camisetas azules y granas flamearon,
apagadas, sin viento
El mar, vueltos los ojos,
se tumbó y nada dijo.
Sangrando en los ojales,
sangrando por ti, Platko,
por tu sangre de Hungría,
sin tu sangre, tu impulso, tu parada, tu salto
temieron las insignias.

No, nadie, Platko, nadie,
nadie se olvida.
Fue la vuelta del mar
fueron diez rápidas banderas
incendiadas sin freno.
Fue la vuelta del viento.
La vuelta al corazón de la esperanza
Fue tu vuelta.
Azul heroico y grana
mando el aire en las venas
Alas, alas celestes y blancas,
rotas alas, combatidas, sin
plumas, encalaron la hierba.
Y el aire tuvo piernas,
tronco, brazos, cabeza.
!Y todo por ti Platko,
rubio Platko de Hungría!
Y en tu honor, por tu vuelta,
porque volviste el pulso perdido a la pelea,
en el arco contrario al viento abrió una brecha.
Nadie, nadie, se olvida.
El cielo, el mar, la lluvia lo recuerdan.
Las insignias.
Las doradas insignias, flores de los ojales,
cerradas, por ti abiertas.
No nadie, nadie, nadie,
nadie se olvida, Platko.
Ni el final: tu salida,
oso rubio de sangre,
desmayada bandera en hombros por el campo.
!Oh Platko, Platko, Platko
tú tan lejos de Hungría!
¿Qué mar hubiera sido capaz de no llorarte?
Nadie, nadie se olvida,
no nadie, nadie, nadie.


CONTRAODA DEL POETA DE LA REAL SOCIEDAD (Gabriel Celaya, España, 1911-1991)
Y recuerdo también nuestra triple derrota
en aquellos partidos frente al Barcelona
que si nos ganó, no fue gracias a Platko
sino por diez penaltis claros que nos robaron.
Camisolas azules y blancas volaban
al aire, felices, como pájaros libres,
asaltaban la meta defendida con furia
y nada pudo entonces toda la inteligencia
y el despliegue de los donostiarras
que luchaban entonces contra la rabia ciega
y el barro, y las patadas, y un árbitro comprado.
Todos lo recordamos y quizá más que tu,
mi querido Alberti, lo recuerdo yo,
porque yo estaba allí, porque vi lo que vi,
lo que tú has olvidado, pero nosotros siempre
recordamos: ganamos. En buena ley, ganamos
y hay algo que no cambian los falsos resultados.

Fuentes: Montero González para GQ y http://www.erreala.com/el-duelo-de-los-poetas/

sábado, 10 de diciembre de 2011

"PIBONA EL ARQUERO GOLEADOR Y TÍO DE HÉCTOR ALTERIO

El 9 de agosto de 1931, Eduardo Alterio, tío del magnífico actor argentino Héctor Alterio inscribió su nombre en la historia del fútbol al convertirse en el primer guardameta que anotaba un gol en el campeonato argentino. Conocido por todos como “Pibona”, este arquero -como dicen en Argentina- convirtió una pena máxima que en el minuto 34 de partido decretó el colegiado Ricardo Riestra, una acción por la que el buen portero de Chacarita entró en la historia del fútbol argentino.

En el encuentro disputado entre Chacarita Juniors y Tigre,  Tigre jugó como local, y el encuentro acabó con empate a tres en el marcador. Alterio batió a Savarro y cuentan que no fue demasiado complicado para el “Pibona”, pues las crónicas de la época apuntan que Savarro permaneció inmóvil junto al poste derecho en señal de protesta por la cobranza de la pena máxima del juez Ricardo Riestra.

Pese a ello la citada acción le otorgó gran popularidad al tío del insigne Don Héctor, pues los historiadores del fútbol argentino tuvieron que aguardar bastantes años para anotar un nuevo gol de un guardameta en los libros históricos. Y es que no sería hasta el Torneo Nacional de 1972, cuando otro guardameta como Alberto Parsechián -de Independiente de Trelew- sucedió en el citado honor a Alterio haciendo dos tantos – también de penal: uno a Vélez y otro a San Lorenzo de Mar del Plata.

Curiosa la historia de la “Pibona”, pues no quedó ahí, es más tal y como recordó Héctor Alterio en alguna que otra entrevista, a su tío le tocó vivir los tiempos de amateurismo y el posterior proceso de profesionalización del fútbol en su país. Fue grande en Chacarita, club en el que recibió calzoncillos y camisetas de una marca que patrocinaba al equipo a cambio de sus servicios en la portería. Luego se convirtió en profesional y logró la remuneración económica, pero el destino le tenía reservada una quizás injusta conclusión a su carrera deportiva.

Y es que Eduardo Alterio firmó por Atlanta, eterno rival de Chacarita, club en el que cuatro años después de aquel gol a Tigre protagonizó otro suceso histórico, aunque en esta ocasión de naturaleza bien distinta y tintes más bien dramáticos.

Fue un 9 de junio de 1935 en un partido disputado ante River en la cancha que el conjunto de la banda roja tenía en Alvear y Tagle. Y nuevamente una pena máxima se cruzó en su camino para marcar su trayectoria y su destino personal y profesional.

Héctor Alterio sobrino del guardameta
En esta ocasión Alterio hizo de atajador, a los nueve metros, en el punto fatídico, le retaba la mirada inyectada en sangre de una fiera legendaria llamada Bernabé Ferreira. El golpeo marca de la casa y la estirada de Alterio fantástica, que hizo muy bien su trabajo pero que tuvo que rechazar el esférico. Una acción que en el citado rebote y de forma noble y fortuita provocó un nuevo choque entre portero y goleador.

Cuentan que la “Pibona” se lanzó de forma valiente a los pies de Bernabé y fruto de ello recibió una patada en la cabeza que le afectó a los tímpanos y le provocó una sordera permanente. Fue una situación un tanto dramática puesto que Alterio intentó levantarse en varias oportunidades y cayó al suelo en repetidas ocasiones.

Una vez más una pena máxima se cruzaba en el camino de la “Pibona”, aunque en esta ocasión para marcar el punto y final de la carrera de un arquero que forma parte de la historia del fútbol y siempre encontraremos en los libros de la historia de este deporte por aquel gol convertido a Savarro en la cancha de Tigre.

Fuente:http://loscuentosdelapelota.blogspot.com/

DOS PORTEROS MANCOS

Hay muchas y diversas anécdotas en el mundo del fútbol y concretamente bajo los tres palos se suelen encontrar algunas de las más jugosas, como la que acabo de localizar.

En Uruguay durante los años cuarenta tuvo lugar uno de los partidos más extravagantes y poco comunes de la historia del balompié. 

Dos equipos se disponían a jugar un partido, pero una de las alineaciones tenia doce jugadores en vez de los once reglamentarios. La razón: Una de las porterías estaba cubierta por dos porteros mancos, uno de cada brazo.

Al notar el equipo contrario que el guardameta del equipo contrario estaba disminuido por la falta de un brazo y sabiéndose en ventaja, permitió que jugasen con dos porteros, pero los dos eran mancos.

Con lo que el partido se disputo con ambos cancerberos bajo palos gracias a la gentileza del equipo local.

Fuente: www.vavel.com

martes, 6 de diciembre de 2011

LA MANDIBULA DE ALEX STEPNEY

Alex Stepney será recordado por la parada que le realizo a Eusebio, jugador del Benfica, con empate a un gol y que supuso la prórroga para el Manchester United, en la que posteriormente arrasaría para ganar la final por 4 a 1.

También porque fue vendido al Chelsey por 52.000 Libras y en cuestión de semanas se le traspaso al Manchester por 55.000, record de la época para un guardameta y que probamente es una de las primeras especulaciones financieras en el fútbol.

Encajo uno de los primeros goles marcados por un portero. Pat Jennings guardameta del Tottenham Hotspur le batió de portería a portería en la Charity Shield. Jennings saco en largo y el balón le boto delante a Stepney superándolo por alto. (Ver video)
Pero la anécdota más curiosa es la que le ocurrió el 19 de agosto de 1975, Alex Stepney, portero del Manchester United, tuvo que ser ingresado en el hospital durante un partido contra el Birmingham City por una dislocación de mandíbula. Alex puso tanto énfasis y efusividad al gritarle y corregir a un compañero de equipo que se disloco la mandíbula, lesión común en un portero, pero no por su verborrea.

lunes, 5 de diciembre de 2011

EL GUARDAMETA QUE LE "ROBO" LOS FOTÓGRAFOS A FRANCO

Enrique Martín es el Quique portero del Valencia de los años 50 que en la final de Copa del 54 (3-0 al Barça) se sentó en el larguero de una portería del Bernabéu para celebrar el triunfo de su equipo. Al día siguiente, en El Pardo, Franco le tiró de las orejas.

 Jacinto Quincoces, nuestro entrenador, me había dicho antes del partido: "Si ganamos puedes subirte al cielo". Lo recordé y pensé: "Al cielo, no, pero al larguero sí me subo. Y me subí. Ya había hecho cosas parecidas. Siempre recordaré el morrón que me pegué al bajar". Quique, 84 años, 62 felizmente casado con su Montse, una catalana que conoció cuando jugó en el Barça. Su prodigiosa memoria nos traslada a aquella tarde de junio de 1954 en Madrid.

"El Bernabéu acababa de inaugurar su tercer anfiteatro, entonces entraban más de cien mil personas. El caso es que acabó el partido y se produjo una invasión de hinchas del Valencia, y yo me quedé atrás, lejos de donde Franco entregaba la Copa a Puchades, nuestro capitán. De pronto, ¡zás!: me subí al larguero y lo vi todo divinamente". Los fotógrafos se fueron hacia él. Uno de ellos el mítico Finezas, autor de las grandes fotos del Valencia de la época.
"Se montó un revuelo a mi alrededor, pero lo más gracioso sucedió al día siguiente", relata Quique. Era entonces costumbre que el campeón de Copa visitara a Franco en El Pardo después de la final. "Apareció él y preguntó: "¿Dónde está el chico que me quitó los fotógrafos?". Y es que pasó eso: se vinieron todos a por mí y se olvidaron del palco del Bernabéu".
Fuente: http://www.foroche.com